El mártir que intervino en un mitin de la CNT El ontiñentino José María Zabal Blasco, que defendió la doctrina católica en un mitin de la CNT, es uno de los mártires del 8 de diciembre de 1936


Del 8 de diciembre de 1936 han sido beatificados el ontiñentino José María Zabal Blasco, de 34 años, casado y con tres hijos, empleado de la Estación del Norte de Valencia, y dos sacerdotes de la diócesis de Almería.

Defendió la doctrina católica en un mitin de la CNT
El abogado Pablo Meléndez Gonzalo (que será asesinado el 23 de diciembre y también beatificado), en cuya casa servía la madre de José María Zaval, había orientado a este para ingresar como factor en los ferrocarriles.

Zaval se casó en 1925 con Catalina Cerdá Palop y tuvieron tres hijos. Exponía a sus compañeros la doctrina de la Iglesia, lo mismo que exigía a la empresa que respetara los derechos de los trabajadores. Una vez fue a un mitin-reunión de la CNT e intervino en las discusiones, defendiendo los postulados católicos con tal tesón que no pudieron rebatirle.

Estallada la guerra y la revolución, abandonó su casa por las amenazas, pero fue capturado a fines de noviembre, y encerrado en el convento de las franciscanas, y más tarde en las Torres de Cuarte (Valencia), con varios simulacros de fusilamiento durante el trayecto. Allí pudo confesar y oír misa. A las 17 horas de ese 8 de diciembre fue conducido con otras personas más al Picadero de Paterna. Se despidió diciendo: “Decidle a mi mujer y a mis hijos que los llevo en el corazón y que desde el Cielo rogaré por ellos”, y con el grito de “¡Viva Cristo Rey!”, murió fusilado.

El padre Rafael Román.Rafael Román Donaire, natural de Alhama de Almería y de 45 años, era maestro de ceremonias de la catedral Almería y la biografía diocesana recuerda que «cuando la República expulsó a los Jesuitas, le confiaron la rectoría del templo del Sagrado Corazón»:

Apóstol de la infancia y de la juventud, llegó a organizar sesiones de cine en la Catedral para atraer a los más pequeños. Con igual fin fundó, en 1928, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Victoria en su Entrada Triunfal a Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz que continúa protagonizando una de las más entrañables procesiones almerienses.

Denunciado por su condición de presbítero, fue detenido el diez de noviembre de 1936 y torturado en la cárcel. Don Antonio Pumarola Bueno, que coincidió con el siervo de Dios en prisión cuenta que: « Me acerqué a él en cuanto pude y con la mayor prudencia. Me dijo que era el primer que estaba allí; entre idas y venidas con nuestros carros cargados de piedras hablamos y me confesó, tomando como era natural todas las preocupaciones posibles. Recuerdo que al terminar me dijo: “Qué pena que tú no puedas confesarme a mí”. »

El odio de la Persecución Religiosa lo llevó al martirio en la madrugada de la Purísima junto a la chimenea del Ingenio.
Con él mataron a Antonio García Fernández, de 69 años y natural de Piñar (Granada) que era canónigo arcipreste de Almería y también fue beatificado el 25 de marzo de 2017 en Roquetas de Mar.

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