Once de los asesinados el viernes 4 de septiembre de 1936 han sido beatificados como mártires del siglo XX en España: tres sacerdotes granadinos en Almería, un franciscano y un sacerdote diocesano –Fray Buenaventura Muñoz y Pedro Sánchez Barba– en la provincia de Murcia, un trinitario en la de Jaén, un sacerdote secular –Francisco Sendra– en la de Alicante, un capuchino en la de Valencia, un operario diocesano en la de Castellón, y en Asturias un marista y el seminarista Luis Prados, al que cosieron a balazos porque gritó ¡Viva Cristo! en vez de ¡Viva la República!
En Suiza, se conmemora el aniversario del martirio del beato sacerdote Nicolás Rusca (1618); en Francia, del beato Escipión Jerónimo Brigéat de Lambert (1794). En Rusia, la Iglesia ortodoxa ha glorificado a 14 mártires de este día, tres asesinados en 1918 (los sacerdotes Juan Boyarshinov y Alejo Naumov, más el obispo Macario Gnevushev) y 11 de 1937: el arzobispo Alejo Orlov; los obispos Juan Troyan y Teodoro Smirnov; los sacerdotes Gabriel Arkhangelsky, Miguel Lyubertsev, Teodoro Malyarovsky, Alejandro Ratkovskiy y Basilio Smirnov; más los monjes Jeroteo Glazkov, Juan Laba e Hilarión Tsurikov.