De las personas asesinadas el martes 1 de septiembre de 1936 han sido beatificadas como mártires del siglo XX en España 31 y una más que fue martirizada pasado un año: 12 hospitalarios de San Juan de Dios de Carabanchel Alto asesinados en Boadilla del Monte (Madrid), congregación y provincia a que también pertenece el mártir de 1937, Juan Ramón Morín Ramos (hermano Matías); ocho sacerdotes diocesanos almerienses; cinco lasalianos -los hermanos Hugo Bernabé y Leonci Joaquim en Vinyols i els Arcs (Tarragona); en la misma provincia los hermanos Buenaventura Pío, Claudio José y Ángel Amado en Tortosa- y un operario diocesano; y en la de Barcelona una dominica contemplativa y el párroco de Santa María de Mataró –Josep Samsó i Elías–; además, otro sacerdote diocesano –Alfonso Sebastiá Viñals– y un claretiano –Tomás Galipienzo Pelarda– en Paterna (Valencia), más otro claretiano –Julián Villanueva Olza– en la provincia de Lérida: este se declaró ante los revolucionarios religioso, navarro y zapatero.
En Rusia, la Iglesia Ortodoxa ha glorificado como mártir de esta fecha al sacerdote Nicolás Lebedev (1933).