Hay un mártir del 15 de mayo de 1938: el seminarista tarraconense Joan Montpeó Masip.
Entre los canonizados el 15 de mayo de 2022 por el papa Francisco en la Plaza de San Pedro del Vaticano se cuenta el carmelita holandés Tito Brandsma, asesinado en el campo de concentración de Dachau el 26 de julio de 1942 (leer más en Mártires cristianos bajo el nazismo). Se convierte así en el tercer santo mártir del nazismo, tras san Maximiliano Kolbe y santa Teresa Benedicta de la Cruz.
Además aconsejo ver este vídeo sobre los católicos martirizados por un grupo islamista semejante a Boko-Haram el domingo 12 de mayo de 2019 en el ataque contra la iglesia de Dablo, en el norte de Burkina Fasso (seis católicos asesinados, entre ellos un sacerdote) y el lunes 13, al ser asesinados cuatro peregrinos en una procesión mariana en Singa -Hommage.
De 19 años y natural de Les Borges del Camp (Tarragona), Joan Montpeó Masip fue beatificado en 2013. Según la biografía publicada por el obispado, de pequeño era muy piadoso y dócil con sus padres y especialmente con los sacerdotes, hacia los que sentía una verdadera veneración. Pronto manifestó la vocación decidida al sacerdocio. Debido a su delicado estado de salud y precaria situación económica de la familia -que era una familia cristiana ejemplar-, comenzó los estudios con el vicario de su parroquia. Durante todo este tiempo observó una conducta ejemplar. Su estado de salud le obligó a interrumpir por temporadas los estudios. El sufrimiento de su enfermedad lo soportaba con gran resignación. En una crisis grave de la enfermedad se puso bueno prodigiosamente, lo que atribuyó a la Virgen de Lourdes.
Cuando estalló la revolución de 1936 estaba en La Seu d’Urgell en el curso de verano con los seminaristas de Tarragona. Detenidos, fueron llevados a la cárcel de Lleida, donde permanecieron recluidos unas cinco semanas. Luego fue trasladado a un barco prisión en el puerto de Tarragona, desde donde, al día siguiente, fueron puestos en libertad los más jóvenes.
Montpeó fue a su casa, en Les Borges del Camp, donde pasaba el día rezando y estudiando, hasta que el 9 de mayo de 1938 dos milicianos lo detuvieron y lo llevaron a la prisión de Riudecols. Allí fue maltratado de palabra y de obra y, sin embargo, llevó siempre una conducta ejemplar. El día 11 fue interrogado, y el 15, al atardecer, asesinado en la riera de Riudecols. Sus compañeros de prisión oyeron los disparos.
El primero de julio de ese mismo año 1938 fue inhumado su cadáver y reconocido por el médico forense. Este médico forense reconoció haber obtenido muchas gracias por su intercesión. En la documentación de la Causa general sobre Riudecols (legajo 1447, expediente 13) se reflejan las inhumaciones, el 1 de julio de 1938, de ocho personas asesinadas «por el Batallón V Especial de Ametralladoras del V Cuerpo de Ejército Rojo» -un vecino de Riudecols, el tradicionalista Pedro Cabré Jané, fue asesinado según su viuda por una Brigada Internacional en Torre del Español el 28 de abril-, y en la de Borjas del Campo se fecha el asesinato de Montpeó el 9 de mayo de 1938.
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