El domingo 2 de agosto de 1936 fueron asesinados nueve mártires del siglo XX en España: tres sacerdotes claretianos en Barbastro, en la provincia de Teruel un dominico y un sacerdote de la Congregación de la Misión –Leoncio Pérez Nebreda-, el ecónomo de la catedral de Tarragona, un sacerdote terciario capuchino en Madrid, un sacerdote operario diocesano –Miguel Amaro Ramírez– en Toledo y un salesiano más en Ronda (Málaga).
Entre las personas que la Iglesia ortodoxa rusa ha glorificado como mártires del siglo XX, 13 fueron martirizados un 2 de agosto: el sacerdote Konstantin Slovtsov (1918); el archimandrita Tikhon Krechkov, los monjes-sacerdotes Jorge Pozharov y Cirilo Vyaznikov, los sacerdotes Iván Steblin-Kamensky, Alejandro Arkhangelsky, Sergio Gortinsky, Teodoro Yakovlev y Jorge Nikitin, y los laicos Eutimio Grebenshchikov y Pedro Vyaznikov (1930); el arcipreste Alejo Znamensky (1938) y el novicio monacal Teodoro Abrosimov (1941).