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Santos para llevar en el bolsillo Dos mártires del siglo XX en España nacieron un 8 de julio. Dedico el artículo de hoy al libro 50 Santos para llevar en el bolsillo.


Dos mártires del siglo XX en España nacieron un 8 de julio: un misionero de los Sagrados Corazones mallorquín y un franciscano de Soria. Sus vidas ya fueron reseñadas en otros artículos, así que dedico el de hoy al libro de Antonio R. Rubio Plo 50 Santos para llevar en el bolsillo.

Los mártires nacidos un 8 de julio:
Miquel PonsMiquel Pons Ramis, de 29 años y natural de Llubí (Mallorca), era misionero de los Sagrados Corazones, fue uno de los ocho mártires del Coll, asesinado en Barcelona el 23 de julio de 1936 y beatificado en 2007 (ver artículo del 23 de enero).

Antonio RodrigoAntonio Rodrigo Antón, de 23 años y natural de Velamazán (Soria), fue uno de los 20 franciscanos asesinados el 16 de agosto de 1936 en Fuente el Fresno (Ciudad Real) y beatificados en 2007 (ver artículo del 26 de enero).

50 santos para llevar en el bolsilloCorazón católico y santidad «de bolsillo»

Antonio R. Rubio Plo, licenciado en Historia y doctor en Derecho, ha publicado en Rialp un libro titulado 50 santos para llevar en el bolsillo, cuyo índice y algunos capítulos pueden leerse en Google Libros. A mi entender, tiene el mérito de la sencillez-amenidad (está bien escrito), pero sobre todo el de la devoción, que es una sabiduría al alcance de pocos (ni de lejos de todos los que saben escribir de forma amena).

El mérito de la amenidad lo puede apreciar cualquiera leyéndolo; sobre el de la devoción me permito llamar la atención porque Rubio no pretende saber mucho ni algo muy nuevo sobre muchos santos, sino cultivar su amistad, y en eso demuestra sabiduría. Por supuesto que el libro tiene el interés de recopilar muchos santos antiguos y modernos, y es raro que no haya alguno del que el lector no tenga ni idea (y al revés: es seguro que descubrirá a bastantes desconocidos).

Pero el mérito consiste en haber descubierto que los santos son teselas de un mosaico que nos descubre el rostro de Cristo, que conocerlos nos acerca a Dios al revelarnos facetas de esa encarnación de la gracia que, sí, está en plenitud en Cristo, pero está también parcialmente en cada santo y es lamentable soberbia el no apreciarla… Buscarla no es tarea meramente intelectual, sino del corazón, y un corazón que no se abre a la amistad de estas personas que supieron encontrarse con Cristo, de maneras tan diversas, no es verdaderamente católico.

Además, quienes no tienen devoción a los santos “se lo pierden», porque los santos proporcionan amistad y compañía, y así acercan a Dios, claro que esto es experiencia que cada cual debe hacer y, si puede, transmitir. Y eso hace Rubio, con este libro sobre los santos de su devoción -que son un montón, muchos más de los que refleja en el libro-: nos lleva ante ellos al modo de un amigo que nos los presentara, mientras nos cuenta “algo” de su vida y obra, sin pretender ser exhaustivo.

La misma metáfora del mosaico la he hecho al hablar de los mártires, y en particular de los de la guerra civil española. Tras haber estudiado esas 1.523 biografías, mi experiencia es que ninguna es superflua porque -y eso que hablamos de santos que tuvieron todos un final “semejante», la muerte violenta, o sea el martirio- no hay dos iguales y conociéndolos a todos se descubren esos mil aspectos de la gracia que nunca es igual. Algunos parecen timoratos y otros temerarios (sin ser ni una ni otra cosa).

Como dice Santo Tomás Moro en su libro sobre la Tristeza de Cristo, es admirable el valor de los que van cantando al martirio sin miedo a la muerte, pero él -que sí tenía miedo- admiraba más a los que, con la gracia de Dios también, superaban ese miedo y de todos modos aceptaban la muerte, aunque no fueran cantando. Por cierto que en nuestra guerra tenemos también muchos de ambas modalidades. Una riqueza para cuyo desprecio siempre hay excusa, y cuyo aprecio es sabiduría que no parece al alcance de todos.

Como entre la primera conversación que tuve con Antonio y esta edición de su libro, se le ha caído uno de los beatos -sin duda no por falta de devoción, el primer cardenal mártir del comunismo, el croata Stepinac, aprovecho para indicar que en Amazon puede leerse este librito electrónico que escribí sobre él (como en todos hay un fragmento gratuito que puede bajarse clicando en “pruébalo gratis”).

Puede leer la historia de los mártires en Holocausto católico (Amazon y Casa del Libro).

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