Del 5 de febrero hay un mártir en 1937: se trata de un religioso hospitalario, el hermano Trinidad, al que no sirvió de nada un salvoconducto vasco para evitar que, al reconocerlo como religioso, lo mataran.
«A los bienes temporales se los lleva la trampa»
Dos días le faltaron para cumplir los 60 años al hermano Trinidad, nacido como Primo Andrés Lanas el 7 de febrero de 1877 en Maeztu (Álava) y asesinado en algún lugar de Madrid el 5 de febrero de 1937. Contaba 35 años cuando ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en julio de 1912. Formó parte de varias comunidades en España, para ser luego superior en Palencia (1922) y en 1936 era ecónomo de San Rafael, de Madrid. Solía decir: «los bienes temporales duran poco y, por lo regular, se los lleva la trampa; los espirituales son para siempre, eternos. ¡Fijaos bien: eternos!»
Expulsado del hospital por la revolución, utilizó un salvoconducto vasco para moverse por Madrid y ayudar a otros hermanos y colaboradores dispersos. Reconocido como religioso, el 5 de febrero de 1937 fue arrestado y asesinado. No se conservan sus restos.
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