El día 1 de julio de 2025 ha aparecido en la página web del obispado de Barbastro-Monzón, Medios de Comunicación, un escrito titulado “Situación en torno al complejo de Torreciudad”. En él se puede leer:
“Respecto a la pila bautismal, donde fueron bautizados tantos de nuestros mártires hoy en proceso de beatificación, que sea restituida a la Iglesia Católica, en la capilla del Pantocrátor. Así los fieles de esta Diócesis podrán seguir llevando a sus hijos a recibir en esa pila el sacramento del bautismo, como lo hicieron en dicha localización y pila los propios padres de san Josemaría”.
Voy a hacer dos breves comentarios, para los que desconozcan tanto lo relacionado con la pila bautismal de la catedral de Barbastro, como lo relacionado con los mártires bautizados en la misma[1]. Hay que recordar que Barbastro es la diócesis martirial de España, conocida y reconocida por ello mundialmente[2].
- Donde fueron bautizados nuestros mártires.
Como quiera que muchos se pueden preguntar a qué se refiere en lo relacionado con los mártires –o santos por el proceso de virtudes, que hay uno en el siglo XX, san Josemaría-, me he permitido realizar un breve escarceo para ayudar al lector interesado a conocer la realidad, con nombres y apellidos y poder cuantificarlo. Hasta el año 1902, en Barbastro solo había una parroquia, la de la Asunción de Nuestra Señora –nombre de la catedral-. En el año 1902 se erigió la parroquia de San Francisco de Asís, con lo que en 1936-1939 había dos parroquias en la ciudad de Barbastro: la de la Asunción de Nuestra Señora y la de San Francisco de Asís.

La catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Barbastro, es una planta de salón del siglo XVI (1517-1530). Tiene tres naves encabezadas por ábsides poligonales, con cinco naves laterales u dos a los pies, dedicadas al beato Florentino Asensio y al Cristo de los Milagros. El retablo del altar mayor, dedicado a la Asunción de Nuestra Señora, es obra de los escultores Damián Forment y Juan de Liceire –el basamento-, Pedro de Aramendía, Miguel Orliens y Pedro Martínez. Todo el retablo lo pintó Luis Salinas (1601). La torre campanario es del siglo XVII, obra de Pedro de Ruesta, octogonal[3].
Adosada a la catedral se hallaba la parroquieta, hoy desaparecida. Ahí tenía lugar lo propio de la vida parroquial, como los bautizos[4]. Aquí es donde fueron bautizados “tantos mártires en proceso de beatificación”, en una capilla cerrada con una reja donde se hallaba la gran pila bautismal de piedra, de la que se hablaba en el Liber de Gestis de la catedral de Barbastro en 1635[5]. De todos ellos he hablado y escrito en diferentes ocasiones, en artículos y libros. Y porque fui presidente de la Comisión Histórica para la Causa de los mártires de la diócesis de Barbastro-Monzón desde 2004 hasta 2022. En esta primera exposición me remito de manera sucinta al Diccionario de la diócesis de Barbastro-Monzón (1931-1936). Tomo I. La diócesis en 1931-1936. Arciprestazgos y biografías, del año 2014, donde todos los citados a continuación tienen voz propia.
Enumero a continuación, aquellos que han sido canonizados, beatificados o están incluidos en un proceso de beatificación por causa de martirio, a excepción de tres –a los que yo personalmente considero mártires-. Todos ellos han nacido en la ciudad de Barbastro. Los menciono por orden alfabético, con fecha de nacimiento y defunción, más la de bautismo, si se conoce. Lo hago en cuatro grupos: sacerdotes diocesanos, sacerdotes diocesanos incardinados en otras diócesis; religiosos/consagrados; laicos.
Sacerdotes diocesanos:
Mariano Albás Blanc (Barbastro 1866 / Barbastro 15-VII-1936, b. 2-VII-1866);
Bernardino Altemir Laborda (Barbastro 1875 / 6-VIII-1936, b. 20-V-1884);
Luis Altemir Laborda (Barbastro 19-VI-1881 / El Grado 28-VII-1936, b. 20-VI-1881);
Amado Álvarez Lara (Barbastro 12-IX-1871 / VIII-1936, b. 13-IX-1871) [6];
Manuel Álvarez Lara (Barbastro 8-I-1861 / Clamosa 15-VIII-1936);
Desiderio Alvira Buil (Barbastro 25-V-1896 / 31-VIII-1936, b. 25-V-1896);
Sixto Aniquino Alastrué (Barbastro 28-III-1875 / Gerbe y Griebal 15-VIII-1936, b. 29-III-1875);
Vicente Artiga Baldellou (Barbastro 29-X-1884 / Barbastro 15-VIII-1936, b. 29-X-1884);
Benito Cabarrús Prior (Barbastro 11-I-1866 / Tierrantona 28-VII-1936, b. 12-I-1866);
José Ceferino Cáncer Paúl (Barbastro 26-VIII-1880 / Barbastro 21-IX-1936, b. 27-VIII-1880);
Miguel Charles Bardají (Barbastro 1-IX-1874 / Barbastro 18-VIII-1936);
Mariano Frago Rodrigo (Barbastro 17-IX-1881 / Barbastro 1-VIII-1936, b. 18-IX-1891);
Juan Manuel Frago Rodrigo (Barbastro 27-XII-1886 / Barbastro 1-VIII-1936, b. 29-XII-1886);
Juan Crisóstomo López Gil (Barbastro 26-IV-1907 / Barbastro 18-VIII-1936, b. 29-IV-1907);
Vicente José López Gil (Barbastro 22-I-1909 / Barbastro 18-VIII-1936, b. 22-I-1909);
Ramón Lóriz Buisán (Barbastro 29-V-1880 / Barbastro 6-VIII-1936, b. 30-V-1880);
Silvestre Lóriz Buisán (Barbastro 23-IX-1874 / Barbastro 21-IX-1936, b. 23-IX-1874);
Tomás Lóriz Buisán (Barbastro 2-V-1883 / Graus 2-VIII-1936, b. 3-V-1883);
Pascual Malo Arcas (Barbastro 28-III-1869 / Graus 9-VIII-1936, 29-III-1869);
Manuel Victorino Sanz Coronas (1899 / 8-IX-1936, b. 30-III-1899);
Amado Serrate Fuentes (Barbastro 1-IV-1898 / 3-VIII-1936, b. 1-IV-1898);
Agustín Serrate Fuentes (Barbastro 8-V-1900 / 7-VIII-1936, b. 8-V-1900);

Julián Sichar Claver (Barbastro 2-VIII-1905 / Barbastro 6-VIII-1936, b. 4-VIII-1905);
Martín Sopena Gabás (Barbastro 11-XI-1881 / Abizanda 3-VIII-1936, b. 12-XI-1881);
Gregorio Tricás Nevot (Barbastro 10-V-1874 / Pallaruelo de Monclús 1-VIII-1936, b. 10-V-1874).
Sacerdotes diocesanos incardinados en otra diócesis:
Martín Abadías Polo (Barbastro / Madrid VIII-1936);
San Josemaría Escrivá Albás (Barbastro 9-I-1902 / Roma 26-VI-1975, b. 13-I-1902).
Religiosos/consagrados:
beato Juan Codera Marqués, salesiano (Barbastro 25-V-1883 / Madrid 25-IX-1936);
Crisanto Domínguez Gracia, escolapio (Barbastro 25-X-1905 / Barbastro 2-VIII-1936);
Julián Domínguez Gracia, escolapio (Barbastro 9-I-1902 / Barbastro 21-IX-1936);
Domingo Pintado Suils, escolapio (Barbastro 9-X-1877 / Alcañiz 29-VII-1936).
Laicos:
Mariano Martín Alegría, botero (Barbastro 1879 / Barbastro 21-IX-1936);
Alberto Palá Mediano, industrial (Barbastro / Barbastro 21-IX-1936);
Francisco Pascau Gil, comerciante (Barbastro / Barbastro 6-VIII-1936);
Jorge Sichar Claver, abogado (Barbastro 15-XII-1901 / Barbastro 6-VIII-1936);
Miguel Sichar Claver, abogado (Barbastro 1906 /Barbastro 6-VIII-1936).
Un total de 28 sacerdotes, de los cuales uno es santo, san Josemaría. Cuatro religiosos, de los que uno es beato y cinco laicos. Un total de treinta y nueve en el siglo XX.
¿Cuánto se habló, particularmente, de cada uno de ellos el año pasado? ¿Y los dos anteriores? ¿Y éste? ¿Y quién lo hizo? Yo puedo presentar una lista de artículos míos sobre algunos de ellos y textos de conferencias, publicados en soporte digital o la misma conferencia. ¿Qué pueden alegar otros?
- Sobre la suerte de la pila bautismal durante la Guerra y la posguerra.
Hubo destrozos importantes durante la guerra civil de 1936-1939, especialmente durante los meses de julio y agosto de 1936. Fue terrible la noche del 25 de julio, cuando llegó la columna anarquista de Ascaso[7].

En el informe sobre la dominación marxista de Barbastro, se lee refiriéndose a la catedral: “Entre las Imágenes profanadas y destruidas, merecen especial mención por su valor artístico, el Santo Cristo de los Milagros, por su antigüedad, valor artístico y devoción; tenía las terminaciones de la Cruz, Corona, e Inscripción de plata; la de nuestra Señora de El Pueyo, por su antigüedad y veneración, así como por la cantidad y valor de sus alhajas; y las del Ecce-Homo; la de Nuestra Señora del Carmen y Desamparados; la de nuestra Señora de los Dolores, también por su valor y veneración; mantos y alhajas, entre los cuales había un collar de oro, imperdibles de oro, platino y diamantes.- Entre los Vasos Sagrados, profanados y robados se pueden citar los siguientes; cuarenta y ocho cálices, entre ellos alguno de oro y varios con esmalte; veintisiete copones; catorce píxides; veinte custodias, algunas grandes y de plata repujadas y varias pequeñas también de plata; varios juegos de vinagreras, lavabos, cetros, mazas, seis ánforas grandes para los Santos Óleos; cinco báculos de plata, algunos de verdadero mérito, doce incensarios con sus navetas y cucharillas; Sacros, atriles, campanillas; varios faroles, uno de ellos de gran mérito y la arquilla del Monumento; varios candeleros de metal y palmatorias; varias vinajeras, lámparas y campanillas; veintiuna campana; varios incensarios, navetas y crucifijos de metal; diez Palios; muchos frontales y grenciales; un Pontifical completo, bordado en oro; cuarenta y un ternos; ochenta capas, doscientas casullas, algunas de ellas bordadas en oro y plata y un número muy elevado de albas, manteles, corporales y purificadores; dos órganos; nueve armonios; todos los confesionarios y sillas de las distintas iglesias; todos los Pasos y enseres de la Procesión del Santo Entierro; sesenta Misales y libros del Coro y varios estandartes” [8].
En el informe del agente Claudio Villacampa, de 13-XII-1944, se lee: “que en los archivos de esta Comisaría existen antecedentes de Bernardo Sánchez Subías, de 57 años de edad, casado, labrador, natural y vecino de Barbastro (Huesca), con domicilio en la calle de la Encomienda nº 4; siendo estos los siguientes: Pertenecía a Izquierda Republicana y era uno de los más significados izquierdistas de la localidad; ha intervenido en diversos hechos durante el periodo rojo, entre ellos se cita que fue a destrozar la Catedral, rompiendo a golpes de martillo la Pila Bautismal. En julio de 1933 ya intervino en los sucesos que terminaron con el asalto al Seminario y en el cual el informado fue de los que empujaron con un madero derribando la puerta. El primer matrimonio civil verificado en Barbastro fue el de una hija del informado”[9]. Este asalto al Seminario de Barbastro es el que realizó el alcalde Pascual Sanz –del PRRS y luego de Izquierda Republicana-, secundado por concejales y afiliados de su partido, con el conocimiento del gobernador civil de Huesca, que dio orden de la Guardia civil de no intervenir ante el asalto y solo si los que se hallaban dentro –seminaristas y profesores- se defendían. Se celebraba en todo el mundo el Día Rojo, creado ese mismo año en la Unión Soviética, la noche del 1 al 2 de agosto de 1933[10].

Don Segundo García de la Sierra y Méndez fue obispo de Barbastro de 1954 a 1959. Él vivió las cambios de límites diocesanos, con la incorporación de veintiún parroquias y 6500 fieles. Barbastro crecía: en 1952 se inauguró la iglesia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados; en 1954 lo hizo el Seminario Conciliar; en 1955 se abrieron la estación de autobuses y el nuevo colegio de las Escuelas Pías; en 1956 se acabó el puente de las Pilas sobre el río Cinca y comenzaron las obras del pantano de El Grado[11]. Fue en octubre de ese año 1956 cuando se realizó la descubierta del santuario de Torreciudad por parte del catedrático de Geografía Juan Manuel Casas Torres, el catedrático de Historia del Derecho José Orlandis Rovira y don José María Hernández Garnica. Es el inicio del nuevo Torreciudad y una recuperación del trato y amistad con don Santos Lalueza, canónigo que fue muchas ocasiones vicario general de la diócesis de Barbastro.

Entre don Santos Lalueza y el fundador del Opus Dei, san Josemaría, se mantuvo una buena amistad, que comenzó con la solicitud de apoyo en el año 1943, para mantener la diócesis y evitar su desaparición[12]. Desde entonces, san Josemaría que en estos años cincuenta ya se había establecido en Roma, colaboró siempre a favor de sus condiocesanos.
En una de estas visitas del catedrático y sacerdote don José Orlandis, le preguntó por la antigua pila bautismal que había en la parroquieta. Así lo escribe don Santos: [don José Orlandis le visitó y] “le preguntó por la antigua pila bautismal que había en la Catedral –en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción- y que había sido sustituida por una nueva porque la vieja se encontraba totalmente cuarteada y llena de grietas. Había estado en uso aún después de la guerra, hasta hacía poco tiempo, pero muy mal sostenida con pegotes de cemento. Los restos, considerados inservibles, se habían echado al río”. “Así se lo dije a don José: “Allí estarán si no se los ha llevado una riada”. Fuimos entonces a ver a Clavería y que había sido el encargado de llevarlos al río. Me confirmó que efectivamente los trozos seguían aún en el cauce del Vero y se podían identificar bien porque la pila había estado esculpida en piedra de Zaidín, una piedra caliza, muy distinta de la de aquí, que es arenisca”. Y continúa: “Después de comprobar que eran efectivamente restos de la antigua pila bautismal de la Catedral, el mismo Clavería se ocupó de llevarlos al huerto del Palacio episcopal y el carpintero -Antonio Durán- se ocupó de embalar aquellos pedruscos. Recuerdo bien que aquel
carpintero no entendía por qué era necesario embalar y enviar a Madrid una cosa de ningún valor: “Estas piedras no pueden interesar a nadie”, decía[13].
Así que la pila bautismal vandalizada se utilizó durante unos años, hasta que el cabildo catedral decidió su sustitución. La solución más rápida fue encargar a Clavería que echara la pila al cauce del río Vero. Al caer al cauce, quedó en trozos, debido a su pésimo estado a consecuencia de los martillazos de 1936. Pudo ser unos días antes de esta decisión de tirarla al cauce del río, cuando el canónigo organista don Julio Broto la pudo ver en el jardín del Palacio Episcopal[14]. Aunque también la pudo ver antes de que fuera echada al cauce del río.
Los restos de la pila bautismal llegaron a Roma. San Josemaría escribió al obispo García de la Sierra agradeciéndole el obsequio de la diócesis y del cabildo. “Acaban de llegar a Roma los restos de la fuente bautismal de la Catedral de Barbastro, que Vuestra Excelencia y el Excelentísimo Cabildo han tenido a bien regalar al Opus Dei, y no puedo dejar de agradecer al Señor Obispo –como lo haré también directamente al Cabildo- esa delicadeza, que tanto me ha conmovido. Esas piedras venerables de nuestra Santa Iglesia Catedral, bien restauradas aquí en Italia por estos hijos míos, ocuparán un puesto de honor en esta Casa Generalicia. Gracias de nuevo, Excelencia, por esa amabilidad que siempre recordaremos con profundo reconocimiento”[15]. Estos restos fueron restaurados y ampliamente completados, colocándose la nueva pila bautismal a la entrada de la iglesia de Santa María de la Paz, como pila de agua bendita, con una inscripción[16].
Así que los restos de esta pila bautismal, dejados en el jardín del Palacio Episcopal de Barbastro y echados al cauce del río Vero, volvieron a tener un lugar y un uso adecuado[17].
Santa Rita, Santa Rita…
NOTAS:
[1] Sigue siendo de gran utilidad para los sacerdotes diocesanos y seminaristas, Santos Lalueza Gil, Martirio de la Iglesia de Barbastro (1936-1939), Barbastro 1989. El estudio más completo es, Martín Ibarra Benlloch, La persecución religiosa en la diócesis de Barbastro-Monzón (1931-1941), Zaragoza 2011. Un buen resumen, de madurez en: Martín Ibarra, Barbastro, una diócesis mártir (1031-1939), San Román 2022.
[2] Martín Ibarra, Barbastro, una diócesis mártir (1031-1939), San Román 2022, pp. 7-8. “La diócesis de Barbastro es conocida mundialmente por ser la diócesis martirial de España por excelencia. ¡Murieron casi todos sus sacerdotes diocesanos! Fue un auténtico holocausto. Ese martirio fue común al obispo, a los religiosos y a muchos laicos. Pensemos en el seminario de los claretianos: profesores y seminaristas, ¡todo un seminario mártir! Pero persecución sufrieron otras muchas personas, que solo fueron confesores de la fe. Persecución sufrieron los maestros durante la República, lo mismo que los periodistas católicos, los obreros y patronos, los que iban a Misa, los que deseaban una educación católica para sus hijos. Persecución sufrió el semanario El Cruzado Aragonés, cuyos tres últimos directores, 24 colaboradores y el administrador murieron mártires; además de haber desaparecido por completo nueve años del semanario, pues se quemaron todos sus ejemplares allá donde se encontraban. Persecución sufrieron los ornamentos sagrados, los archivos parroquiales, las iglesias, ermitas y capillas, profanadas y destruidas casi en su totalidad”. “Quizás era una purificación necesaria, no lo sé. Muchas veces he considerado cómo santa Teresa de Jesús se encaraba en cierta ocasión con Jesucristo y le decía: -¡Cómo me tratas! ¡Cómo me tratas! –Teresa, yo trato así a mis amigos. -¡Pues por eso tienes tan pocos! Vamos a tratar en este libro de los amigos de Dios que en una pequeña diócesis de España, la de Barbastro, de menos de 35.000 habitantes, en la zona Norte de Aragón, de la archidiócesis de Zaragoza. Una diócesis que llevaba décadas a punto de extinguirse, porque se suprimió en el Concordato de 1851. Y sin embargo, contra todo pronóstico, sobrevivió. Pues en esta diócesis pequeña, pobre y condenada a desaparecer, es donde se da la persecución contra la Iglesia Católica en España más tenaz y más feroz. Y a la vez, una respuesta cristiana que nos admira y emociona. Unos sacerdotes mal pagados, menospreciados por muchos por su poca sabiduría humana –también por las altas dignidades eclesiásticas de España y Roma-, resultan ser fieles hasta el martirio, con una rotundidad pasmosa”.
[3] Ha sido dejado fuera del proceso diocesano. No comparto esa decisión.
[4] Manuel Iglesias Costa, “Catedral de Barbastro”, en Las catedrales de Aragón, Zaragoza 1987, pp. 185-271; ídem, La catedral de Barbastro, Huesca 1991.
[5] Martín Ibarra Benlloch, Diccionario de la diócesis de Barbastro-Monzón (1931-1936). Tomo I. La diócesis en 1931-1936. Arciprestazgos y biografías, 2014, p. 29.
[6] Liber de Gestis del Cabildo de la catedral de Barbastro. Año 1635, f. 38v. Martín Ibarra Benlloch, “El primer año de la vida de Josemaría Escrivá”, Anuario de Historia de la Iglesia 11 (2002) 617.
[7] Martín Ibarra, Barbastro, una diócesis mártir (1031-1939), San Román 2022, p. 88: “Esa noche los milicianos de Barcelona intentaron asaltar la cárcel y asesinar a todos los presos. El anarquista Eugenio Sopena consiguió parar esa saca general de presos. Pero entonces, ardieron las iglesias. Rompieron la mayor parte de los retablos de la parroquia de San Francisco y los sacaron a la plaza. Lo mismo hicieron con lo que había en las Siervas de María. El obispo Florentino, desde las ventanas del colegio de los Escolapios que daban al río, vio la pira de fuego. Lo mismo sucedió con la iglesia de los Misioneros, quemándose los ornamentos y vestiduras sagradas, los cálices, las custodias, las imágenes, los crucifijos. Pero se paró el fuego por la estrechez de la calle y el peligro de un incendio generalizado. En la catedral destrozaron todos los retablos, menos el del altar mayor y los dos del crucero y el coro. El Santo Cristo de los Milagros fue reducido a cenizas en la plaza de Palacio. Hubo personas que realizaron parodias sacrílegas como “el Garrilla”. El saqueo finalizó cuando algunos anarquistas locales entre los que se encontraban Luis Cáncer Latorre y Mariano Asín, dispararon varios tiros al aire, cerrando la catedral”.
[8] Archivo Histórico Nacional. Causa General. Legajo 1409-1, rs. 76. Informe sobre la dominación marxista de Barbastro, f. 350.
[9] Archivo Histórico Nacional. Causa General. Legajo 1409-1, rs. 76, f. 289.
[10] Martín Ibarra, Barbastro, una diócesis mártir (1031-1939), San Román 2022, 22-26. Se recibió un telefonema del Ministerio al ayuntamiento de Barbastro el 2-VIII-1936, aprobando el asalto al Seminario. Uno de los concejales asaltantes fue nombrado esa semana vicepresidente de la Diputación Provincial de Huesca: todo un premio. Los seminaristas tuvieron que ir a Zaragoza y Belchite.
[11] Martín Ibarra Benlloch, Gigantes, cabezudos y mártires. La diócesis de Barbastro-Monzón de 1850 a 2017, Ed. Pirineo 2017, pp. 170-1.
[12] Manuel Garrido, “Correspondencia de San Josemaría Escrivá con aragoneses”, en Martín Ibarra (coord.), Semblanzas aragonesas de San Josemaría Escrivá de Balaguer, Patronato de Torreciudad 2004, 185: “En el mes de julio de 1943 fueron a Madrid el alcalde de Barbastro, don José María Nerín, y don Santos Lalueza, canónigo de la catedral, con el fin de informarse del estado de la cuestión y en su caso para tratar de hacer las oportunas gestiones en favor de la diócesis. Allí, junto con otras personas, entre las que se encontraba monseñor Escrivá, visitaron al ministro de Justicia”. En carta de don Santos Lalueza de 15-III-1974, se lee: “Que Dios le pague a Vd. tanto cariño y tanto interés por esta tierra”, p. 174.
[13] Religión Confidencial, 1-VII-2025, “Torreciudad: La ‘oferta’ de Pérez Pueyo pone en entredicho el trabajo del Comisario Plenipotenciario”
[14] Carta de don Julio Broto, Diario del Altoaragón, 11-III-1992.
[15] San Josemaría Escrivá, C 2828, de 21-IV-1959: “Acaban de llegar a Roma los restos de la fuente bautismal de la Catedral de Barbastro, que Vuestra Excelencia y el Excelentísimo Cabildo han tenido a bien regalar al Opus Dei, y no puedo dejar de agradecer al Señor Obispo –como lo haré también directamente al Cabildo- esa delicadeza, que tanto me ha conmovido. Esas piedras venerables de nuestra Santa Iglesia Catedral, bien restauradas aquí en Italia por estos hijos míos, ocuparán un puesto de honor en esta Casa Generalicia. Gracias de nuevo, Excelencia, por esa amabilidad que siempre recordaremos con profundo reconocimiento” (Andrés Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei. I. ¡Señor, que vea!, Rialp, Madrid 1998, 4ª ed., p. 15).
[16] “HVNC SACRVM BAPTISMATIS FONTEM SANCTAE ECCLESIAE CATHEDRALIS BARBASTRENSIS + IN QVO CONDITOR NOSTER EIVSQVE MATER ET SOROR AQVAS REGENERATIONIS ACCEPERVNT + HISPANICO BELLO FLAGRANTE ANNO MCMXXXVI IN ODIVM RELIGIONIS DIRVPTUVM + OPERI DEI AB EPISCOPO ET CAPITVLO ANNO MCMLVII DONO DATVM + CONSILIVM ATQVE ASSESORATVS CENTRALIS AD PRISTINAM FORMAM ANNO MCMLIX RESTITVERE FECERUNT” (Andrés Vázquez de Prada, 1998, p. 16).
[17] Martín Ibarra Benlloch, “El primer año de la vida de Josemaría Escrivá”, Anuario de Historia de la Iglesia 11 (2002) 587-623.