Cándido Castán, el mártir que fue concejal de Madrid El laico Cándido Castán, asesinado con los oblatos de Pozuelo, había sido concejal de Madrid en 1925


Seis mártires del siglo XX en España nacieron un primero de mayo: un paúl y un oblato de María Inmaculada leoneses, un lasaliano gerundense, un monje de Montserrat barcelonés, un religioso hijo de la Sagrada Familia y un dominico turolense.

Salustiano González Crespo, hermano coadjutor de la Congregación de la Misión, de 63 años y natural de Tapia de la Ribera (León), fue asesinado el 13 de octubre de 1934 en la voladura de la cárcel de Oviedo por los revolucionarios (ver artículo del 6 de marzo), y beatificado en 2013.

Juan Pedro Cotillo Fernández, religioso oblato de María Inmaculada en Pozuelo de Alarcón, oriundo de Siero de la Reina (León) y de 22 años, fue asesinado el 24 de julio de 1936 en la Casa de Campo y beatificado en 2011. Aunque he editado este mapa de los mártires de Pozuelo, sus historias no han salid en este blog, por lo que refiero hoy la de los ejecutados junto con Cotillo.

Entre las 27 personas beatificadas del viernes 24 de julio de 1936, el grupo más numeroso es el de los oblatos de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Sobre lo sucedido dio cuenta un superviviente, Antonio Jambrina: “La comunidad de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada de Pozuelo es asaltada violentamente por los milicianos y hecha prisionera en su propia casa. Constaba de unos 40 miembros: sacerdotes, hermanos coadjutores y 32 estudiantes, todos religiosos profesos. El superior y los profesores tomaron la resolución de permanecer en Pozuelo y velar por nuestra vida comunitaria y religiosa, por encima de cualquier otra consideración. Los dirigentes políticos y sindicales de Pozuelo no se han dormido: deciden poner la casa del pueblo en el convento, trasladándose a él la dirección del Frente Popular, y en los cuartos de los profesores se instalan ellos. El Presidente, Porras, lo hace en el del P. Superior. Guerrero, El Patillas, de Izquierda Republicana, en el del P. Monje. Mientras tanto las milicias andan en el pueblo a la caza de los más significados hombres de derechas y jóvenes militantes en la Falange, o en los partidos del Bloque Nacional o la CEDA. De cuando en cuando, durante todo el día van trayendo a varios ciudadanos”.

El turno de los religiosos llega el día 24, según Jambrina: “A eso de las 3.30 de la madrugada, Arturo Porras –Teniente de Alcalde del pueblo de Pozuelo-, y los miembros del Comité que preside se presentan en el comedor y ordenan que salgamos al pasillo. Todos nos hemos enterado del interrogatorio que ha sufrido Pascual Aláez, pero ignoramos los nombres que ha facilitado. Por esta razón estoy convencido que me llamarán en primer lugar y me dirijo hacia la puerta de salida, colocándome el primero al lado derecho; cuando todos formamos en dos filas, Porras, en el centro del pasillo, a la altura de las escalera, indica que los que nombre salgan al jardín y suban a los automóviles que en él se encuentran. En efecto, los que estamos junto a la puerta de salida observamos dos coches negros; reconozco el Chevrolet de la baronesa Sra. de Allende, nuestra vecina, a la que se lo han requisado. El otro me pareció un Hispano-suiza”.

Porras llamó al sacerdote y profesor de 28 años Juan Antonio Pérez Mayo, a los subdiáconos Manuel González Martín (23 años) y Cecilio Vega Domínguez (22 años, al parecer buscaban al sacerdote José Vega y lo confundieron con él), y a los estudiantes Juan Pedro del Cotillo Fernández (22 años), Francisco Polvorinos Gómez (26 años, catequista de Aravaca), Justo González Lorente (21 años) y Pascual Aláez Medina (19 años) y al laico Cándido Castan San José, de 42 años, ex concejal de Madrid, empleado de la Compañía del Norte, católico ferviente, detenido en unas de las habitaciones de la planta baja del seminario.

Los ocho seleccionados fueron fusilados junto a las tapias del Cementerio de Aravaca (en la calle Camino Zarzuela, lo que habría supuesto un trayecto de apenas 4 km) o en las de la Casa de Campo (a la que se llega continuando por esa misma calle) y el sacerdote les pudo absolver previamente.

Castán, natural de Benifayó (Valencia), se había casado con Francisca Guiral Sorlí (tuvieron un hijo y una hija) en 1919, año en que fue elegido vicepresidente del comité federativo de los Sindicatos católicos de obreros, que presidió entre 1924 y 1928. También presidió a los ferroviarios católicos, sección Madrid-Norte. Junto con otros residentes de la Colonia de San José de Pozuelo, contribuyó a fundar la Capilla de Nuestra Señora de las Angustias en la Calle del Plantío. Durante la Dictadura fue miembro de la Unión Patriótica, nombrado en 1925 concejal suplente del Ayuntamiento de Madrid y en 1927, concejal jurado del distrito Centro-Hospicio y miembro de la Asamblea Nacional Corporativa. Compartió puesto con el socialista Andrés Saborit en la subcomisión de Propaganda de la Organización Corporativa Nacional (1927), pasando en 1930 al Consejo de Trabajo. El 12 de junio de 1933 fue elegido consejero Auxiliar de Renovación Española (el partido de Calvo Sotelo, no era, por tanto, carlista, aunque Jambrina lo afirma por error). Su domicilio ya había sido registrado el 18 de julio por milicianos, que el 19 entraban en el convento-seminario donde se instalarían el día 22, arrestando a los 38 oblatos en el comedor (de 4 por 5,50 metros). Castán fue arrestado a mediodía del 23 en su casa por “milicianos del comité revolucionario de Pozuelo”, en presencia solo de su hija, que relataría:

“Mi padre me dio el anillo de casado y las llaves de la casa diciéndome que se lo entregase a mi madre. Se lo llevaron al convento de los Padres Oblatos y por el camino se encontró con mi madre y mi hermano que volvían de la compra. Mi madre le preparó la comida y la cena y se lo llevó. Al día siguiente le preparó el desayuno y cuando se lo llevó ya no estaba en el convento. En mi casa, mi madre tuvo siempre a mi padre por mártir, porque sabía que la única causa de su muerte fue la Religión”.

Del teniente de alcalde que acompañó al socialista Antonio Porras en esta saca, publicaría el ABC del 4 de agosto (p. 38) un elogio titulado La honradez de las milicias, asegurando que “había entragado al Gobernador Civil acciones por valor de 13.000 pesetas, más otras 7.000 en resguardo de la Caja de Ahorros y del Banco Urquijo, encontrados en la incautación del convento de los Padres Oblatos de dicho pueblo”.

De la actividad política de Castán, el abogado Javier Pérez-Roldán ha destacado la siguiente cita: “El equilibrio de la sociedad sólo puede ser un hecho real cuando los gobernantes y gobernados están inspirados en el ideal común de amor a la Patria, que exige sacrificios costosos que sólo pueden realizarse cuando se tiene puesta la vista en lo Alto, de donde viene la inspiración que hace a los hombres despreciar las miserias de la política para consagrarse por entero a fomentar lo que pueda representar el bienestar de los pueblos”.

Dos lasalianos en Barcelona
Narciso Serra Rovina (hermano Raimundo Eloy de las Escuelas Cristianas), de 60 años y natural de Quart (Girona), fue asesinado el 27 de julio de 1936 en Balsareny (Barcelona) junto con el también lasaliano Antonio Tost Llavería -hermano Francisco Magín, de 21 años-; ambos fueron beatificados en 2007. Ya que en Holocausto católico no publiqué las circunstancias de su martirio, las refiero aquí, tomándolas de este martirologio lasaliano (para los puntillosos, valga de ejemplo de que se puede ser mártir a pesar de haber delatado a otra persona, lo único importante es aceptar la muerte como expiación de los pecados, en el último momento:

«A los 16 años fue al Noviciado Menor de Béziers (Francia). A los pocos meses estaba en disposición de comenzar el Noviciado, que hizo en 1893. El 14 de mayo de 1893 vistió el hábito religioso. Hizo el Escolasticado en Bujedo. En 1894 comenzó su apostolado en escuelas gratuitas de Barcelona. En septiembre de 1897 era destinado a San Feliu de Guixols, y al año siguiente a Bonanova. En 1907 fue nombrado Director, y lo fue sucesivamente de San Hipólito de Voltregá, de Teruel, de Tortosa y de Alcora. En 1935 estaba de Director de Sampedor cuando le sorprendió la persecución religiosa.

El 21 de julio de 1936, con dos Hermanos de la comunidad, se alojó en una pensión. El 27 de julio, ante el cariz de los acontecimientos, el hermano Francisco Magín le expuso la posibilidad de ir a Barcelona, a casa de su familia. El Director, quiso acompañarle, pero cuando pidieron los salvoconductos se los negaron. A las pocas horas se presentaron los milicianos en la pensión reclamando a los dos «frailes» que querían escaparse. El hermano Francisco Magín se presentó como uno de ellos, pero, como no estaba el Director, le obligaron a confesar dónde se escondía. Estaba en otra pensión, y fueron a buscarle. Luego los metieron a ambos en un coche y los asesinaron en la carretera que va a Sallent.

Àngel Maria Rodamilans Canals, natural de Sabadell (Barcelona) y de 62 años, fue asesinado en su pueblo el 27 de julio y beatificado en 2013, pero como era monje de Montserrat, y dada la política antimartirial de ese monasterio, no se han dado a conocer datos sobre su biografía. Tratando de romper ese cerco, consulté los 550 folios de documentación sobre Sabadell en la Causa general (legajo 1596, expediente 9), pero no hay en ellos nada más que una mención al asesinato de este benedictino (y además errónea, señala sin más el mes de agosto). Hay otras informaciones de interés: un relato de la revolución en Sabadell con detallada mención a los personajes participantes, referencias a las muertes de otros posibles mártires y de otras muchas personas; entre ellas destaca quizá la rocambolesca forma como, según su hermana, un ruso ejecutó a un capitán de aviación, haciéndole subir a un avión averiado.

Puso a salvo los restos de san José Manyanet
Segismundo Sagalés Vilà, religioso coadjutor de los Hijos de la Sagrada Familia, de 48 años y natural de Vic (Barcelona), fue asesinado el 8 de septiembre de 1936 y beatificado en 2013. Maestro de párvulos en el colegio Jesús, María y José de Barcelona, en su clase tenía siempre flores, pájaros, peces y un mono, que era su ayudante. Se mostraba siempre alegre y de buen humor, a pesar de un cáncer de cuello que le hacía pasar muy malos ratos. Tuvo el cuidado de poner a salvo los restos mortales de San José Manyanet (1833-1901, fundador de la congregación y promotor de la construcción del templo de la Sagrada Familia), carbonizándolos con la ayuda de dos familias. Refugiado en Malla y en Calldetenes, fue detenido y asesinado en la carretera de Vic a Manresa, término de Múnter.


Felipe Santiago Meseguer Burillo
, dominico de 51 años y natural de Híjar (Teruel), fue asesinado en el cementerio de Montcada i Reixac (Barcelona) el 30 de noviembre de 1936 –el día con más mártires beatificados, la mayoría de Paracuellos (ver el relato de su muerte en ese artículo)- y beatificado en 2001.

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