Dos mártires del siglo XX en España fueron asesinados el 19 de mayo de 1937: un lasaliano y un capuchino, ambos beatificados el 13 de octubre de 2013 en Tarragona.
Ejecutado por tratar de pasarse a la zona nacional
Alberto Linares de La Pinta (hermano Alberto Joaquín de las Escuelas Cristianas), de 23 años y oriundo de Cheste (Valencia), había emitido los votos como lasaliano en 1931 y pasó en 1934 al internado de Bonanova. El 19 de julio de 1936 se refugio en casa de un exalumno y decidio ir a Chiprana, en Zaragoza, donde vivía un hermano suyo. Alli le detuvo el anarcosindicalista Joaquín Ascaso, presidente del Consejo de Aragón, que tenía su sede en Caspe. Gracias a diversas personas que intercedieron, le dejó libre e incluso le puso al cargo de la escuela de Chiprana. Como la escuela quedaba muy alejada de la casa de su hermano, tuvo que vivir en casa de una familia. El 3 de mayo de 1937 subió a un coche, conducido por el chofer del comité, con la intencion de pasar a la zona nacional. El parroco de Castillonroy contó que le asesinaron el 19 de mayo a las afueras de ese pueblo que dista 130 kilómetros de Chiprana.
Lucinio Fontanil Medina (fray Primitivo de Villamizar), religioso profeso capuchino de 53 años y natural de Villamizar (León), fue el último en el tiempo de los capuchinos de Castilla muertos. Profesó en 1915 y el 21 de julio de 1936, en el momento de la expulsión del convento de El Pardo, llevaba 21 años al servicio del seminario seráfico. Al ser liberado después de la primera detención con los demás religiosos, acudió a casa de unos sobrinos suyos. Fue finalmente reconocido como “un fraile de El Pardo” (a los que los milicianos quisieron colgar de los pinos, ver artículo del 10 de enero) el 19 de mayo por unos milicianos que lo mataron ese día o al siguiente.
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