Si sabéis quiénes son mis asesinos, perdonadles El sacerdote Agapito Gorgues fue asesinado en un ajuste de cuentas entre CNT y UGT, y pidió a sus familiares que perdonaran a sus asesinos


Seis mártires del siglo XX en España nacieron un 4 de junio: un capuchino barcelonés y otro gerundense, un carmelita sevillano, dos sacerdotes diocesanos: uno accitano y otro ilerdense; y un paúl.

Los dos primeros, el religioso profeso Joan (Eloi de Bianya) Ayats Plantalech -de 61 años y natural de Sant Salvador de Bianya (Girona); capturado cuando trataba de huir a su pueblo, fue brutalmente apaleado antes de que lo mataran el 28 de julio de 1936- y Sebastià (Zacaries de Llorenç de Penedès) Sonet Romeu -de 52 años y natural de Llorenç de Penedès (Barcelona); vivió en Colombia y fue ordenado sacerdote en Bogotá, era profesor de historia de la Iglesia y patrología, durante la revolución trabajó en un hotel bajo la relativa protección de milicianos de la CNT hasta que uno de ellos, apodado El cojo de Málaga, lo asesinó el 25 de agosto de 1936-, son los más recientemente beatificados, en la ceremonia presidida por el cardenal Amato en Barcelona el 21 de noviembre de 2015.

Los carmelitas mártires de Hinojosa del Duque
Eliseo María Camargo Montes, sacerdote carmelita de 49 años y natural de Osuna (Sevilla), fue asesinado en Hinojosa del Duque (Córdoba) el 18 de agosto de 1936 y beatificado en 2013. Había sido llevado a la cárcel de Hinojosa del Duque después del asalto al convento -de donde ya el 26 de julio sacaron para asesinarlo al sacerdote carmelita José María González Delgado– e incendio de la iglesia del Carmen el 14 de agosto, por un grupo que al entrar atropelladamente hirió de muerte al sacerdote José María Ruiz Cardeñosa, de 34 años, y que luego capturó al sacerdote de 48 años fray Antonio María Martín Povea, a quien, maniatado por la espalda, le hicieron recorrer todo el convento en busca del “dinero y de las armas que los frailes tenían escondidos”. Ya en el claustro alto, junto a la puerta del coro, hallaron al postulante de 43 años fray Pedro Velasco Narbona, y allí mismo acribillaron a los dos. En la madrugada del 18, seleccionaron a 18 católicos y los condujeron a La Cruz de la Media Legua, donde los asesinaron, dejando a fray Eliseo María como último en morir.

Pasaba las noches en vela para evitar que quemaran la catedral

Torcuato Pérez López, sacerdote de 55 años y natural de Guadix (Granada) era sacristán mayor de la catedral de esa localidad; fue asesinado el 30 de agosto de 1936 en Enix (Almería) y beatificado el 25 de marzo de 2017 en Roquetas de Mar (Almería). La biografía diocesana cuenta así su celo por evitar la profanación del templo a su cargo:

El canónigo Sánchez Cuevas consigna así su recuerdo: «Aunque algo adusto en el trato, en el servicio fue esclavo de su deber, tenía el templo tan aseado que algunos llegaron a quejarse de que en el Coro, obra de arte de los mejores en su género en España, donde tantos y tan buenos existen, no aparecía la pátina del tiempo debido a su limpieza, el pavimento estaba como un espejo. En los días siniestros de los incendios, antes del movimiento pasaba en las puertas de la catedral las noches en vela por sí alguno se acercaba a prender fuego. »

Tras sufrir terribles amenazas porque creían que escondía las alhajas de la Catedral, fue detenido el veintisiete de julio de 1936 y enviado, junto al beato don Manuel Medina Olmos y otros presbíteros, a la ciudad de Almería.

Víctima de un ajuste de cuentas de la CNT contra la UGT
Agapito Gorgues Manresa, de 23 años y oriundo de Cervià de les Garrigues (Lleida), fue ordenado sacerdote de la diócesis de Tarragona en junio de 1936 y celebró su primera misa solemne el 12 de julio en su pueblo, donde estaba a la espera de destino. Se refugió en una casa de Alcover y luego en el monte, donde lo descubrieron y el comité revolucionario de la Riba le hizo un pase para volver al pueblo. Dijo a sus familiares que estaba dispuesto al martirio y que “si algún día me matan y sabéis quienes han sido mis asesinos, perdonadles”. Aunque sus amigos quisieron disuadirle, se presentó ante el comité de Cervià, donde discutieron si matarlo o mandarlo a la prisión de Lleida. Al final lo dejaron en casa de sus padres, asegurándole que no le pasaría nada. Desde ese 2 de agosto hasta el 23 de octubre rezó todos los días las tres partes del rosario arrodillado, pues había hecho una promesa, e incluso estando enfermo se levantaba para cumplirla. Ya el 6 de agosto -día en que, según el estado 1 de la localidad en la Causa General (legajo 1462, expediente 24, folio 4) se cometió el primer asesinato en la persona de Bautista Nogués Martí, calificado de “católico” y “concejal”- fueron a detenerlo, pero por estar enfermo lo dejaron. Tras una discusión entre los representantes de la CNT y la UGT en el comité, asaltaron su casa a mediodía del día 23. Aunque el sacerdote y su padre escaparon por la puerta de atrás, a la hora y media encontraron a mosén Agapito en un corral y allí mismo lo mataron.

Cuatro labradores, según el estado 1 de la Causa General, fueron muertos el mismo día, con intervención de algunos del pueblo y “milicianos forasteros”, y ninguno de ellos católico: José Perramón Farré, calificado como independiente; Miguel Gasol Torrent, de “izquierda”; Sebastián Montañola Cuadrat, de “izquierda” y “concejal”, más Miguel Germá Rué, de “izquierda” y “juez suplente”. Un informe del comandante del puesto de la Guardia Civil en Vilosell, fechado el 28 de agosto de 1944 explica lo sucedido porque reinaba “gran tirantez política entre las Sindicales U.G.T. y C.N.T. decidieron ir a la lucha, siendo esta última la que recibió refuerzos de Lérida y otros puntos y, en el tiroteo que ambas sostuvieron, fueron perseguidas y asesinadas cinco personas”, sin que se pueda saber los responsables porque “como carecían de organización táctica, cada uno se tomaba su iniciativa”, aunque da por responsables a cuatro miembros del comité por la CNT que nombra y da por huidos a Francia, más otro en prisión, y a los de la UGT también huidos a Francia.

Laureano Pérez Carrascal, sacerdote paúl nacido en Valladolid el 4 de junio de 1876, tenía 60 años cuando lo asesinaron en Paracuellos el 8 de noviembre de 1936; fue beatificado el 11 de noviembre de 2017.

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