Del 7 de diciembre de 1936 ha sido beatificado el marista Enrique Andrés Monfort (hermano Benedicto Andrés), de 37 años, a quien sus propios asesinos llamaron «fraile valiente» porque gritó vivas a Cristo Rey, la Inmaculada Concepción y la Sagrada Familia cuando lo fusilaron.
Fueron a matarlo sus amigos de la infancia
Con 11 años, hizo un largo viaje a pie por la nieve para ingresar en el juniorado de Vic. Al estallar la guerra, estaba en la comunidad marista de Lauria 38, y pidió autorización al hermano provincial para ir con su familia a Villafranca del Cid (Castellón), donde decidió presentarse cuando el comité revolucionario del pueblo publicó un bando para que se presentaran los hombres de las quintas desde 1919. Al comprobar su documentación, lo sometieron a un interrogatorio, al final del cual dijo a los suyos: “Mi sentencia de muerte ya está firmada”, y les dejó una nota para el primo religioso que estaba con ellos refugiado: “Decid a Emiliano que no se presente. Por lo menos, si a mi me matan, que se salve él”.
El 7 de diciembre, al atardecer, fueron a su domicilio miembros del comité que eran sus amigos de la infancia. Al abrirles la puerta una hermana de Enrique y pasarle el recado dijo: “Ya ha llegado mi hora”, despidiéndose con un “Hasta el cielo”. Balbina Fontanet oyó a uno de los milicianos contar: “Vaya fraile valiente que hemos matado”. Al primer tiro dijo: “¡Viva Cristo Rey!”; al segundo: “¡Viva la Inmaculada Concepción!”, y al tercero: “¡Sagrada Familia, recogedme en vuestros brazos!”. Lo mataron en Mas de Sant Pau, junto a Albocácer (Castellón).
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