El 1 de noviembre de 2014, fiesta de Todos los Santos, fue beatificado en Vitoria el sacerdote diocesano Pedro de Asúa. Además, el 1 de noviembre de 1936 terminaron su pasión dos mártires del siglo XX en España: el sacerdote salesiano José Otín en Valencia y el capuchino Eudald de Igualada en Barcelona.
En la Solemnidad de Todos los Santos se conmemora en Japón el martirio de los beatos Pedro Pablo Navarro, Dionisio Fujishima, Pedro Onizuka Sandayu y Clemente Kyuemon (1622); en Vietnam y España el de los santos dominicos Jerónimo Hermosilla, Valentín de Berriochoa (obispos) y Pedro Almató Ribeira (sacerdote) en 1861; en Ucrania, del obispo Jorge Romzsa (1947). En Rusia, la Iglesia ortodoxa ha glorificado al arcipreste Sergio Pokrovsky (1937).
Si es por Cristo, no me importa morir; tengo 45 años y no he hecho nada por Él
Arquitecto y sacerdote, Pedro de Asúa y Mendía, vizcaíno de Balmaseda, fue asesinado a los 46 años de edad -un poco menos, el 30 de agosto de 1936 era la víspera de su cumpleaños- en Liendo, Cantabria; fue el arquitecto del seminario de Vitoria inaugurado el 28 de septiembre de 1930).
D. Jorge Teulón ha biografiado a Asúa y relatado las circunstancias de su asesinato. A él dedicó una emisión el programa Espejo de la Iglesia.
Pedro de Asúa se hizo eco del martirio de los 51 claretianos de Barbastro (quizá también conoció el del obispo Florentino Asensio y otras personas), según las citas de afirmaciones martiriales de Asúa en sus últimos días ,que aporta D. Saturnino Gamarra-Mayor en la p. 17 de esta biografía en la web de la Beatificación:
-“Tenemos que conocer la voz del Pastor para seguirle; pero no basta. También es preciso alimentarnos con los pastos que él nos quiera dar, sean los que sean, aun la persecución” (Positio III 65).
– “Todo el mundo sabe que yo soy sacerdote y si me detienen, esa será la voluntad de Dios. Ahora sé cómo estoy” (Positio III, 60) (Respuesta dada ante la extrañeza que le manifestaron al verle con sotana).
– “Si es por Cristo, no me importa morir; tengo cuarenta y cinco años y no he hecho nada por Cristo” (Positio III 86).
– “Hay que estar preparado a todo, aun al sacrificio de la vida, por si el Señor lo exige” (Positio III, 85).
– “Si me persiguen por la fe, bendito sea Dios” (Positio III, 87).
– “¡Quién pudiera ser como ellos!” (Positio III 85) (Reacción ante la noticia de los Claretianos asesinados en Barbastro).
Por desgracia, la enciclopedia Auñamendi achaca su muerte a los tan consabidos como inexistentes «milicianos descontrolados de la República«. Para contrastar esa propaganda, sugiero dar un repaso a lo que he escrito sobre la Revolución de 1936 en Santander.
¿Negociaron sus asesinos con «dirigentes separatistas»?
La documentación de la Causa general sobre Balmaseda, según el Estado 1 firmado por el alcalde y el secretario del ayuntamiento el 22 de enero de 1941 (folio 3), señala como sospechoso del crimen a un tal José Asensio Gómez, fusilado.
Más allá de este escueto dato, aparece en el folio 14 esta declaración de la hermana del sacerdote, de la que transcribo:
«Su dicho hermano salió de esta villa, en un coche, el 26 o 27 de agosto de 1936 en compañía de su sobrino don Javier Llaguno y Asúa, que vive en Bilbao, Moyua 8, yendo según sus noticias al Concejo de Sopuerta donde estuvieron una noche y a donde les avisó la declarante para que se movieran de dicho sitio en vista de la insistencia que había en buscarlo en su casa de esta Villa, personas a quienes no conoce. En efecto, salieron de Sopuerta y se dirigieron a Erandio en coche también, después de haber estado en Sabinechea, lugar frecuentado por los dirigentes separatistas y desde Erandio se dirigieron algunos de mala catadura quienes procedieron a la detención de dicho don Pedro no sabiendo la dirección que tomaran, pero sí supo después que apareció por el monte Candina».
Si Sabinechea es lo que parece, es decir, la que durante la guerra igual que hoy día era sede del PNV, puede que el sacerdote -catalogado como tradicionalista- pidiera auxilio a los nacionalistas. El extraño itinerario de vuelta y salida del territorio bajo control del Gobierno Vasco, sugiere que quienes mataron a Asúa -los de «mala catadura» que parecían perseguirlo desde Balmaseda- quisieron evitar que se pudiera implicar en el crimen a los «dirigentes nacionalistas».
El mártir que desde niño iba a misa de 6 de la mañana, director del colegio salesiano de Alcoy
Profeso desde 1920 y sacerdote desde 1928, José Otín Aquilué era director en funciones del colegio salesiano de Alcoy (Alicante) al estallar la guerra, donde sufrió los registros de los días 20,21 y 22 de julio de 1936, el arresto de la comunidad religiosa y la incautación de la casa. Llevados los religiosos a la sede del comité y al ayuntamiento, al saber el alcalde que no habían hallado armas en el colegio, mandó que les dieran salvoconductos. Se acogieron al refugio del Hotel Continental, para dispersarse el día 23. Otín marchó a casa de otro salesiano en Valencia, donde llevó vida de oración, y oía confesiones. A finales de noviembre, el otro salesiano fue detenido y Otín marchó a una fonda, donde fue reconocido por alguien que lo denunció, desapareciendo a continuación.
Puede leer la historia de los mártires en Holocausto católico (Amazon y Casa del Libro).
Puede suscribirse a esta lista de correo si quiere recibir en su e-mail la historia del mártir de cada día.