Tres beatos mátires del siglo XX en España terminaron su pasión el jueves 17 de septiembre de 1936: un laico -el ferroviario Álvaro Santos Cejudo– en Ciudad Real, un terciario capuchino –Timoteo Valero– en Madrid y un sacerdote secular en Castellón.
En esta fecha se conmemora en España el aniversario del martirio de san Pedro Arbues (1485). En Rusia, la Iglesia ortodoxa ha glorificado como mártires a 16 personas asesinadas este día en 1937 y una de 1943: el obispo Gregorio Lebedev, el arcipreste Miguel Bogorodsky, los sacerdotes Nicolás Lebedev, Pablo y Juan Vasilevsky, Juan Romashkin, Nicolás Sretensky, Nicolás Khvoshchev, Elías Izmaylov, Pedro Lebendinsky y Alejandro Nikolsky, el monje sacerdote Esteban Kuskov, más los laicos Alejandro Blokhin, Basilio Yezhov, Pedro Lonskov y Esteban Mityushkin; la mártir de 1943 es Elena Chernova.
Les perdonó y acto seguido fueron a saquear su casa
Juan Ventura Solsona, de 61 años (nació el 1 de enero de 1875), era arcipreste de su pueblo, Villahermosa del Río (Castellón). Nacido en una familia de 11 hijos y pronto huérfano de padre, se unió a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y se ordenó en 1901, siendo enviado a México como profesor y vicerrector del Seminario de Cuernavaca. En 1909 volvió a España y estuvo en los seminarios de Toledo y Cuenca hasta que fue enviado al Colegio Español de Roma (1911-1919). Después fue director espiritual del Seminario de Barcelona hasta 1923. Dejó entonces la hermandad y, aunque quiso volver, no pudo por razones de salud. Fue diez años párroco de Nuestra Señora de los Ángeles, del barrio de El Cabañal (Valencia), y en enero de 1936 lo hicieron arcipreste de su pueblo natal, donde pudo vivir con su octogenaria madre.
Detenido en El Cabañal al comienzo de la guerra, alguien del barrio le consiguió un salvoconducto y un traje para ir a su pueblo, donde la iglesia fue cerrada el 2 de agosto. El 10 se escondió en un pajar donde celebró misa el 29 de agosto. Cambiaba de lugar de refugio, pero viendo que ponía en peligro a los que le alojaban, se presentó al comité. Le prometieron que no le pasaría nada y trabajó en el campo hasta que el 17 de septiembre llegó un comando que buscaba personas fichadas y se lo llevó al término de Castillo de Villamalefa. Ventura pidió hablar antes de ser fusilado y perdonó a quienes iban a matarlo repitiendo las palabras de Cristo en la cruz. Según lo escrito por el ayuntamiento de ese pueblo para la Causa general (legajo 1401, exp. 9, folio 5), el crimen se cometió «en la carretera de la Puebla de Valverde a Castellón, km 65,4. Después de ejecutarlo, fueron a su casa, expulsaron a su madre y saquearon la vivienda.
La citada carretera (antigua C-232) discurre hoy en Teruel (A-232) durante 43,2 km y en Castellón (CV-190) durante otros 63,2 hasta Alcora: como su kilometraje es descendente en dirección a Castellón el lugar del martirio debería estar en el km 41, pero ese punto está al pie del monte llamado El Cabezo, en el término de Zucaina (y de hecho pasado ya este pueblo y previamente Castillo de Villamalefa si se viene desde Villahermosa del Río).
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Esto fue en el periodo del general Francisco franco , cuando los comunistas mataban a los sacerdotes y religiosos /as, y laicos ; periodo oscuro de la religión catolica española?