Los dos beatos del 19 de noviembre de 1936 son el salesiano coadjutor Eliseo García García, de 29 años -que ya tenía un hermano mártir-, y Alejandro Planas Saurí, de 58 -alias El Sord-, colaborador seglar del noviciado salesiano de San Vicente dels Horts (Barcelona), a quien el sacerdote llevaba la Comunión.
En Sevilla se conmemora a san Crispín, primer obispo de Écija (66). En Rusia, la Iglesia ortodoxa ha glorificado a 12 mártires de este día, 11 de 1937 (el obispo Nikita Delektorsky, el abad Varlaam Nikolsky, los monjes-sacerdotes Gabriel Vladimirov y Gabriel Gur, las monjas Serafina Gorshkova y Nina Shuvalova, el arcipreste Arsenio Troitsky, y los sacerdotes Anatolio Berzhitsky, Nicolás Dvoritsky, Constantino Liubomudrov y Nicolás Protasov) más uno de 1938 (el sacerdote Basilio Krylov).
De cuatro hermanos, dos mártires
Eliseo García nació en El Manzano (Salamanca) el 19 de agosto de 1907 en una familia de agricultores. Era el menor de cuatro hermanos, el mayor de los cuales, Esteban, le precedió en hacerse salesiano y en el martirio, ya que fue asesinado en Málaga el 24 de septiembre de 1936, sin embargo, no sería beatificado hasta 2007 (los dos mártires de hoy lo fueron en 2001). Movido por el ejemplo de su hermano Esteban, Eliseo ingresó en la misma congregación y emitió los votos religiosos en 1932.
El ayuntamiento de San Vicente se había incautado del seminario salesiano el 21 de julio de 1936, en nombre de la Generalitat. El 25 desmontaron la capilla y los símbolos religiosos. El 12 de noviembre llegó la orden de expulsión.
Alejandro Planas nació en Mataró (Barcelona) el 31 de octubre de 1878. Era sordo de nacimiento pero capaz de entender a sus interlocutores por los labios y hablaba, aunque muy bajo. Había entrado a trabajar en el noviciado con 18 años (fines de 1896 o 1897, otras fuentes dicen en 1905), pero (hacia 1911 o antes) se cerró el noviciado y Planas se quedó solo cuidando el edificio durante 25 años. Era conocido por llevar una vida «austerísima, de oración continua y de humilde servicio a los más necesitados». Llevaba una vida de profunda piedad y estaba siempre disponible y atento a todos. No pudo ser admitido a la profesión religiosa pero hizo los votos privadamente.
Tras la incautación y expulsión, Alejandro se quedó en el seminario haciéndose pasar por el colono de la finca, y recibía la comunión que le llevaba don Eliseo García al visitarlo. En una de esas visitas los arrestaron por orden del comité revolucionario de San Vicente dels Horts. Se supone que ambos fueron llevados primero a la sede del comité y posteriormente a las costas del Garraf (en Vilanova i la Geltrú o Sitges), donde fueron fusilados. Sus cadáveres nunca aparecieron y se supone que fueron arrojados al mar. En las declaraciones para la Causa general se ve que el ayuntamiento afirmaba que los asesinos procedían de Molins de Rey, pero que los testigos afirmaron que quienes les detuvieron eran del comité local y que al capturarlos se congratulaban por haber cogido un «pescado gordo»; como lugar para el crimen se dudaba entre el Garraf y la carretera de Martorell.
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