El sábado 18 de noviembre se celebra en Sevilla la beatificación de 20 nuevos mártires del siglo XX en España, con los cuales asciende la cifra de santos y beatos mártires víctimas de la revolución española a 2.128. Como homenaje a ellos pueden encontrar todos sus nombres y principales datos en esta hoja de excel.
La mitad de los nuevos beatos son sacerdotes y la mitad laicos, entre estos un sacristán (que el 18 de julio impidió el asalto a la iglesia de unos milicianos), una sacristana, un cofrade, un farmacéutico, un abogado y el hermano de un sacerdote (Rafael Lobato Pérez), asesinado simplemente por no querer abandonar a su hermano (Salvador) cuando se lo llevaban a matar. Pero quizá el caso más significativo es el del historiador (cuya tesis doctoral versó sobre la esclavitud de negros en la América española) y político Agustín Alcalá Henke, por haber sido asesinado antes de estallar la sublevación en Sevilla, el 17 de julio, y porque hasta donde sé no se sabe quién lo mató, lo importante es que tuvo tiempo para perdonar a quien atentó contra su vida (tenía también enemigos en las derechas por haber apoyado a unos huelguistas) y sin duda el odio a la fe será patente porque de no haber actuado con caridad cristiana no habría sido tan odiado; si el postulador sabe y quiere concretar más, que lo haga.
Sobre el conjunto de mártires del siglo XX en España pueden leer mi obra Holocausto católico (aunque agotada en papel, la versión Kindle es muy asequible).
También curioso que en el caso de un sacerdote de Huelva la exhumación de su cuerpo se haya producido apenas dos semanas antes de la beatificación.
En cuanto a las circunstancias de las muertes, es de destacar que algunos fueron asesinados en asaltos a cárceles, como la de Utrera (el 26 de julio), donde mataron al sacerdote Miguel Borrero, y sobre todo la de Cazalla de la Sierra (5 de agosto), atentado que se cometió con explosivos y disparos, y en el que fueron asesinados el seminarista Enrique Palacios, su padre Manuel Palacios, y entre otros los hermanos López-Cepero, uno de los cuales (Mariano) también era político (teniente de alcalde). Como dato curioso, la causa de beatificación, o al menos el libro que relataba la vida de los mártires, incluyó a Vicente García Manzano, que padeció este atentado contra los rehenes de esa cárcel (porque no se puede llamar presos, aunque fuera lo común hacerlo entonces, a quienes han sido encarcelados sin cargo ni causa, solo por mera decisión basada en sospechas, de alguien que no es una autoridad sino un comité revolucionario), pero sobrevivió y pudo relatarlo. No vivió mucho, ya que murió el 19 de septiembre de 1941 en Madrid, por lo que como muchos otros mártires se puede dar por válido el martirio con el dato de que su vida se viera notablemente acortada a causa del daño sufrido; pero en este caso se ve que lo bajaron de la causa a última hora.
Las edades de los nuevos mártires oscilan entre los 68 años de la sacristana Dolores Sobrino y los 19 del seminarista.