Entre los asesinados el domingo 23 de agosto de 1936, 24 han sido beatificados: 10 maristas y el deán de la catedral, en Toledo; en la provincia de Valencia, tres jesuitas, dos amigonianos (terciarios capuchinos) y un sacerdote del Sagrado Corazón (dehoniano); dos hermanos de las Escuelas Cristianas en la provincia de Teruel; un sacerdote secular en la de Tarragona –Estanislau Sans Hortoneda– y otro en la de Almería, en Madrid un laico vicenciano –Justo Ramón Piedrafita– y un capuchino en El Pardo (Madrid), más otro capuchino en Gerona.
En Francia, se conmemora al beato sacerdote franciscano Jean Bourdon, mártir en Rochefort (1794); en Polonia al beato sacerdote Francisco Dachtera, víctima de los nazis en Dachau (1944). En Rusia, la Iglesia ortodoxa ha glorificado a los sacerdotes mártires Viacheslav Zakedsky (1918) y Atanasio Kislov (1937), arcipreste.