Entre los 27 mártires que fueron asesinados el viernes 24 de julio de 1936, el grupo más numeroso es el de los siete oblatos de María Inmaculada -y el mártir que fue concejal de Madrid– en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, destacando también las tres carmelitas de Guadalajara. También mataron ese día en Madrid a los dos primeros mártires agustinos, un lasaliano y dos maristas.