Los dos mártires del 7 de febrero son también los últimos asesinados durante la guerra civil, entre los que hasta ahora han sido beatificados: el obispo de Teruel, Anselmo Polanco Fontecha, de 57 años, y su vicario general, Felipe Ripoll Morata, sacerdote secular de 60 años, ejecutados con 40 prisioneros de guerra el 7 de febrero de 1939. Como cada año, el 8 de febrero de 2020, Hispania Martyr organiza una misa y viacrucis en el monumento erigido en el lugar de su martirio.
Hoy se cumplen además 100 años del asesinato del pimer obispo mártir uso del siglo XX, el metropolita de Kiev, Vladimir Bogoyavlensky, motivo por el cual la Iglesia ortodoxa rusa celebra en el domingo más cercano (en este caso el anterior) la fiesta de todos los mártires y confesores del siglo XX.