Plaza de Barcelona, donde fue detenido el beato Pedro Verdaguer.

El dominico que presintió que sería mártir el día de Santa Teresa Cipriano Alguacil presentía que el día de Santa Teresa sería grande para él; le detuvieron y se presentó con el rosario en la mano diciendo que era dominico


Cuatro mártires del siglo XX terminaron su pasión el día de Santa Teresa (15 de octubre) de 1936: un jesuita (Narciso Basté Basté) y una hija de la Caridad (Josefa Martínez Pérez, que salvó de morir a su hermana embarazada), un religioso de la Sagrada Familia en Barcelona y un dominico en Madrid.

En Japón se conmemora el martirio de los beatos hermanos Didaco Baltasar Kagayama Hanzaemon y del hijo de éste, Santiago (1619) y de santa Magdalena de Nagasaki (1634). En Rusia, la Iglesia ortodoxa ha glorificado a una laica mártir de este día en 1938: Alejandra Bulgakova.

Pedro Verdaguer Saurina, de 28 años y natural de Manlleu (Barcelona), fue secretario del Colegio San Ramon de Penyafort de Villafranca del Penedès (Barcelona) y prefecto de la Congregación Mariana dentro de los religiosos Hijos de la Sagrada Familia. Obligada la comunidad a abandonar el centro ya en mayo de 1936, estuvo en el Colegio San Luis de Begues mientras arreglaba sus papeles para trasladarse a Argentina. Fugitivo en Barcelona y refugiado en Manlleu, tuvo que cruzar el río Ter por la noche para evitar pesquisas y, llegado de nuevo a Barcelona, fue detenido en una pensión de la plaza del Duque de Medinaceli, encarcelado en la checa de San Elías y asesinado en Montcada.

Plaza de Barcelona, donde fue detenido el beato Pedro Verdaguer.
Plaza del Duque de Medinaceli en Barcelona, donde fue detenido el beato Pedro Verdaguer.
Beato Cipriano Alguacil.
Beato Cipriano Alguacil.

Cipriano Alguacil Torredenaida, de 52 años y natural de Ajofrín (Toledo), había profesado como hermano cooperador dominico en 1909. Estuvo en los conventos de Ávila, Ocaña y Madrid como sacristán, cocinero, portero, etc. A partir del 19 de julio se ocultó en casa de una hermana que vivía en Madrid. Iba a veces a misa a una casa particular, cuando le avisaban que celebraban allí de manera clandestina. Presentía, y así lo decía a la familia, que el día de Santa Teresa sería para él un día grande. Ese día fue detenido, se presentó a sus verdugos con el rosario en la mano, declaró que era dominico y se entregó serenamente. Su cadáver fue hallado en Barajas.

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