Mártires por visitar presos en la Cárcel de Ventas Además de un salesiano asesinado por visitar presos, el 7 de marzo nació un capuchino que se negó a blasfemar y entregar su cruz


Seis mártires del siglo XX en España nacieron un 7 de marzo: un hospitalario navarro, un dominico barcelonés, un salesiano burgalés, un capuchino valenciano, una adoratriz madrileña y otra castellonense. Además, es el anivesario de la beatificación de siete agustinos y un sacerdote diocesano de Motril (Granada), que celebró Juan Pablo II el 7 de marzo de 1999, junto con la de Nicolás Barré y Ana Schäffer.

Mi vida por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores

Empezaré por el último en ser beatificado, el capuchino Tomás Díaz y Díaz, del que dice la biografía publicada en la web de su pueblo que era «royano o lo que es lo mismo, un vecino de la aldea de Arroyo Cerezo en la localidad valenciana de Castielfabib, subir a los altares como beato, seguramente su intención sería cumplir estrictamente con las reglas de los Capuchinos, estudio, devoción, pobreza, austeridad, silencio, oración y sobre todo servir a Dios.

Tomás nace el 7 de agosto de 1913 en la aldea de Arroyo Cerezo, la aldea más al norte de la localidad valenciana de Castielfabib, dentro de la comarca del Rincón de Ademuz, con muy corta edad su familia, al igual que muchas familias en esa época hicieron, tal vez por las condiciones climáticas que se dan en Arroyo Cerezo debido a su
altitud o bien con miras a vivir un poco mejor y con más futuro, se trasladan a la aldea de Los Santos, a 2 kilómetros del pueblo de Castielfabib, aldea que en esos años tiene una prospección mayor de futuro , aunque dentro de la pobreza de toda esta comarca. Por ello el padre decide buscar un futuro mejor y emigra hacia la ciudad, Barcelona, llevándose a Tomás con él cuando apenas contaba aun con 13 años, su intención buscar trabajo y un sitio para vivir y una vez encontrado poderse llevar al resto de la familia, un padre y un hijo solos permitía de una manera mejor racionar el poco dinero ganado, una parte para subsistir y pagar la fonda y otra para enviarla a la familia que había quedado en el pueblo, pasando necesidades y momentos de gran pobreza.

Es entonces cuando Tomás le manifiesta a su padre el deseo de ser sacerdote, por lo que toman la decisión de que entre en el seminario menor de Les Cors en Barcelona y posteriormente al seminario mayor, es aquí , siendo su confesor el padre Esteve de la Garriga, cuando le manifiesta su deseo de ser capuchino.
El día 21 de septiembre de 1930 con 17 años, decide tomar el hábito capuchino en la localidad de Manresa, cerquita de Barcelona, tomando como nombre Fray Buenaventura de Arroyo Cerezo, el día 26 de septiembre emite la profesión simple en Arenys de Mar provincia de Barcelona . Estudia filosofía en Olot y seguido teología entre Sarrià y Palma de Mallorca, tiempo en el que estuvo realizando el servicio militar obligatorio.

En mayo de 1936 emitió la profesión solemne y recibió las órdenes menores en Sarrià, son años convulsos en la historia de España, se produce el Alzamiento Nacional, sorprendiendo a fray Buenaventura cuando estaba realizando segundo curso de teología. Con el transcurso de los días, le van llegando noticias de los estragos revolucionarios con la quema de iglesias y conventos realizado por grupos incontrolados [excusa de los desmanes revolucionarios que no sé si será un añadido de la web de Castielfabib o estará en el relato original capuchino] principalmente anarquistas, él decía que “estaban ofuscados y les perdono de todo corazón”.
El día 24 de agosto, la vivienda donde estaba oculto sufre un registro por parte de los milicianos y es descubierto y se le detiene, llevándolo preso delante del Comité de la Sagrera, donde es maltratado y golpeado con las culatas de las pistolas y fusiles.

Es acusado por los milicianos de ser contrario al proletariado por ser religioso a lo que el respondía, “¡No tengo miedo! ¡Si he de dar mi vida por mejorar la suerte de la humanidad o las condiciones de vida de los trabajadores, la ofrezco con gusto!»

Entre golpes dados por los milicianos le obligaban a que blasfemase y les diera la cruz que llevaba, a lo que se va a negar diciéndoles: ”Por la Cruz he entrado a la Orden y por la Cruz quiero morir”.

En la madrugada del 25 de Agosto de 1936 se escuchan varios tiros en la carretera de la Verneda, con las primeras luces se ve el cuerpo de nuestro vecino Tomás tendido, inerte por la barbarie de una guerra entre iguales, entre hermanos. Fray Buenaventura de Arroyo Cerezo antes de morir dijo ” Podéis matarme, pero soy inocente y muero por Dios.” y en el último suspiro gritó “Viva Cristo Rey”.»

Tomás Urdánoz Aldaz, de 33 años y natural de Echarri (Navarra), era novicio de la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios, fue asesinado en Calafell (Tarragona) el 30 de julio de 1936 y beatificado en 1992, con sus 14 compañeros de martirio (ver artículo del 14 de noviembre).

Mandó a su madre recado de que estaba contento
Ramón Peiró Victori, dominico de 45 años y oriundo de Aiguafreda (Barcelona), fue asesinado en El Morrot (Barcelona) el 21 de agosto de 1936 y beatificado en 2001. Hizo en 1911 hizo la profesión solemne y fue ordenado sacerdote en 1915. Fue profesor en Solsona y superior en Calanda (Teruel), antes de ir a Barcelona. Al estallar la guerra, abandonó el convento (su hermano Miguel, laico y beatificado, fue asesinado el 24 de julio en L’Hospitalet después de haber ido a Barcelona en busca de Ramón) y se hospedó en casas de familias amigas, pasando por fin a una pensión dirigida por extranjeros. En un registro, al preguntarle si era sacerdote, contestó que sí, y después de dos días de encierro e interrogatorios, fue fusilado en el suburbio de El Morrot. Antes pudo enviar a su madre recado de que estaba contento.

Mártires por visitar presos
Tomás Gil de la Cal, natural de Guzmán (Burgos) y de 38 años, era postulante salesiano de la comunidad de Carabanchel Alto, fue asesinado al visitar presos en la Cárcel de Ventas (Madrid) el 25 de septiembre de 1936, en compañía del también coadjutor (y beato como Gil desde 2007) Juan Codera Marqués, de 53 años, que había profesado en 1919 en Carabanchel Alto, adonde volvió como enfermero en 1933.

Detenido Codera el 20 de julio de 1936, se refugió luego en la pensión Vascoleonesa de la calle Puebla, 17. El 25 de septiembre, por la mañana, salió para ir a la cárcel de Ventas, donde estaba recluida la comunidad de Mohernando, junto con el inspector de la Céltica, Felipe Alcántara y el aspirante Tomás Gil de la Cal, de 38 años. Tras la comida, salió otra vez de la pensión acompañado esta vez solo por Gil. Visitó en la pensión Arriba, a Juan Castaño y Maximiliano Francoy. Que intentaron persuadirle para que no volviera a la cárcel de Ventas, pero Codera dijo que no pasaría nada. No se supo más de ellos.

Nacidas y muertas el mismo día
Rosa (Rosaura de María) López Brochier, de 39 años y natural de Madrid, fue una de las esclavas adoratrices del Santísimo Sacramento asesinadas en Vicálvaro el 10 de noviembre de 1936 y beatificadas en 2007.

Luisa (de la Eucaristía) Pérez Adriá había nacido el mismo día que Rosa, en Castellón de la Plana. Murieron «con la sonrisa en los labios y bendiciendo a Dios» (ver artículo del aniversario).

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