Martirio de una madre con su hijo disminuido, su hermana e hija religiosas Sofía Ximénez fue asesinada con su hijo disminuido Luis, su hermana Purificación y su hijastra María Josefa (ambas religiosas vedrunas)


Nueve mártires del siglo XX en España nacieron un 29 de abril: un pasionista navarro, un hospitalario toledano y otro soriano martirizados el mismo día, un sacerdote dominico asturiano, una carmelita de la caridad tarraconense -asesinada junto a tres familiares-, un misionero del Sagrado Corazón burgalés, un paúl turolense, otro vicenciano navarro y un capuchino barcelonés.
Además es el aniversario de la tercera beatificación de mártires de la revolución española (después de las de 1987 y 1989): la de 1990, diez de cuyos 11 beatificados han sido, además, ya canonizados (los mártires de Turón y san Jaime Hilario; María Mercedes Prat y Prat sigue siendo beata).

José (de Jesús y María) Osés Sainz, de 21 años y natural de Peralta (Navarra), fue uno de los nueve pasionistas del convento de Daimiel asesinados el 23 de julio de 1936 en las tapias de la Casa de Campo en Carabanchel Bajo (Madrid) y beatificados en 1989 (ver artículo del 3 de febrero).

Eusebio Ballesteros Rodríguez (hermano Honorio), de 41 años y natural de Ocaña (Toledo) y Pedro Pastor García (hermano Segundo), de 51 años y nacido en Mezquetillas (Soria), formaban parte del grupo de ocho hospitalarios asesinados en Málaga el 17 de agosto de 1936 y beatificados en 2013 (ver artículo del 14 de marzo).

Prior que asumió para los dominicos misiones en Perú

Vicente Álvarez Cienfuegos
, sacerdote dominico de 73 años oriundo de Villamejín (Proaza, Asturias), fue asesinado en Madrid el 25 de agosto de 1936 y beatificado en 2007. Profesó como dominico en 1878 y fue ordenado sacerdote en 1886. Entre 1904 y 1908 fue prior provincial, y, de nuevo, de 1914 a 1918; aceptó para su provincia las misiones de Urubamba y Madre de Dios, en Perú, fundó la escuela apostólica de Villava para la formación de misioneros destinados a América, y estableció otra en Caleruega, cuna de Santo Domingo. Dos veces prior del convento del Olivar, en Madrid, cuando fue asaltado el 20 de julio, pudo huir y encontró acogida en varias casas en las que llevó intensa vida de piedad y manifestó conformidad con la voluntad de Dios. El 22 de agosto de 1936 fue arrestado por su condición de religioso, y, aunque anciano, consumido, encorvado, llevado a la checa de Génova en la calle Montesquinza; estuvo tranquilo, con fortaleza de espíritu y resignación, y tres días más tarde lo sacaron para ejecutarlo.

Tres mártires de Benicalap, denunciadas por la criada
María Josefa (de Santa Sofía) del Río Messa, carmelita de la Caridad (vedruna) de 41 años y natural de Tarragona, fue asesinada el 23 de septiembre de 1936 con tres miembros de su familia y beatificada en 2001 con dos (las mujeres). En el cruce entre Benicalap -distrito en el noroeste de la ciudad de Valencia- y Campanar (otro distrito más al sur), mataron a María Josefa de Santa Sofía con su madrastra, María Sofía Teresa Ximénez Ximénez, de 59 años, y la hermana de ésta y también religiosa vedruna, María de la Purificación (de San José), de 65 años (ver artículo del 3 de febrero).

Del Río Messa vistió el hábito en Vic en 1917 y trabajó en el colegio de Terrassa y desde 1920 en el de la calle mayor de Gràcia en Barcelona. Se refugió al estallar la guerra en casa de un primo, que -según relata Andrés Ferri- podía sacarle un salvoconducto para pasar a la zona nacional, pero ella prefirió ir a Valencia, a casa de su “segunda madre”.

Purificación Ximénez profesó en 1896 en el noviciado de Vic (Barcelona) y de allí marchó al colegio de La Unión (Murcia). En 1906 regresó a Vic como Maestra de novicias. Luego fue superiora del colegio de Gandía (Valencia) y desde 1917 estuvo en Tarragona hasta el 22 de julio de 1936 en que les expulsaron los milicianos. Se refugió en casa de una familia,luego fue a Barcelona y por fin a casa de su hermana Sofía en Valencia. Denunciadas por la criada que les servía,los milicianos las detienen y matan.

Sofía Ximénez se había casado en 1905 con Carlos del Río Diez de Bulnes, que había enviudado, con tres niños pequeños (entre ellos sor María Josefa de Santa Sofía), y el matrimonio tendría cuatro hijos más. En 1927 enviudó y regresó a Valencia con su hijo Luis, soltero y minusválido por una parálisis infantil. Durante la revolución, acogió a varias religiosas y fue a las checas a llevar dinero a las personas detenidas. Al detenerla con su hija y hermana, los milicianos se llevaron también a Luis, que se tiró de la camioneta, rompiéndose una pierna; vuelto al interior del vehículo, fue asesinado antes que su madre, en el Picadero de Paterna. Según la Causa general (legajo 1367, exp. 1, folio 8), los cuatro fueron asesinados en Paterna.

El padre Antonio Arribas.Antonio Arribas Hortigüela, sacerdote profeso de los Misioneros del Sagrado Corazón, nació el 29 de abril de 1908 en Cardeñadijo (Burgos), por lo que tenía 28 años cuando lo mataron el 29 de septiembre de 1936 en Pont de Ser (Serinyá, Girona), con otros seis religiosos de su congregación, capturados tras vagar durante un mes camino de Francia; no quiso morir de espaldas; con ellos fue beatificado el 6 de mayo de 2017. La web de la beatificación dice:
Llevaba diez años como profeso en la Congregación de Misioneros del Sagrado Corazón, y poco más de un año de sacerdocio. Su primer y único destino fue la Pequeña Obra (Seminario Misionero MSC) de Canet de Mar. En el momento supremo del sacrificio fue el que dio el grito de “Viva Cristo Rey”, que una ráfaga de ametralladora impidió terminar.

Nombre Apellidos Edad Lugar nacimiento Fecha nacimiento Profesión
José del Amo y del Amo 20 Pumarejo de Tera (Zamora) 12/06/1916 Religioso profeso
Jesús Moreno Ruiz 21 Osorno (Palencia) 13/01/1915 Religioso profeso
Gumersindo Gómez Rodríguez 24 Benuza (Astorga) 15/10/1911 Religioso profeso
Josep Oriol Isern Masso 27 Vilanova i la Geltrú (Barcelona) 16/06/1909 Sacerdote profeso
José Vergara Echevarría 28 Almándoz (Navarra) 18/06/1908 Sacerdote profeso
Antonio Arribas Hortigüela 28 Cardeñadijo (Burgos) 29/04/1908 Sacerdote profeso
Abundio Martín Rodríguez 28 Villaescusa (Palencia) 14/04/1908 Sacerdote profeso

El P. José María Ordóñez resumió en 24 páginas la historia de Antonio Arribas Hortigüela y sus seis compañeros, misioneros del Sagrado Corazón; tras cuya beatificación el número de santos y beatos mártires del siglo XX en España ascendió a 1706.

Confesó a 300 presos y fue condenado por celebrar misa
Amado García Sánchez, de 33 años y natural de Moscardón (Teruel), sacerdote de la Congregación de la Misión, fue asesinado en Gijón el 24 de octubre de 1936 y beatificado en 2013. había profesado en 1921 y se ordenó sacerdote en 1926. Estuvo destinado en Ávila, Granada, y desde 1929 en Gijón, donde fue nombrado en 1935 superior de la residencia de los paúles. A pesar de que era bien conocido en el barrio de los pescadores, se había quedado en la casa junto con el hermano Jiménez, diciendo respectivamente que eran el carpintero y el cocinero, y los revolucionarios no se preocuparon de incautarse la residencia. Cuando le decían que se refugiara en sitio más seguro, contestaba: “¡Que no; que comprometo!”. Según escribiría uno de sus compañeros, el padre Lozano, fue precisamente un descuido del hermano Jiménez al ser detenido en un control, lo que le perdió:
—¿Quién eres?
—Un pobre lego.
—¿De qué convento?
—De los PP. Paúles.
—¿Dónde están los frailes?
—Algunos han sido fusilados y otros no sabemos dónde están.
—Y tú, ¿dónde vives?
—En nuestra casa, con el P. Superior.
—Síguenos.
El interrogatorio en la checa llevó a la detención del padre Amado, al que llevaron a la iglesia de la Compañía con 290 personas detenidas esa tarde.

Según relataba una de ellas al padre Lozano, “Horas y horas se pasó en confesarnos a todos. Teníamos tan segura la muerte. Cuando todos estuvimos confesados, el buenísimo Padre, radiante de alegría, nos invitó a rezar el Rosario a la Milagrosa. Más que rezar, declamaba las oraciones, de tal modo, que sus palabras, rebotando en las bóvedas de la magnífica iglesia, convertida en catacumba, caían sobre todos nosotros como riada de optimismo y de valor. Al cabo, después de bendecirnos, nos recostamos para descansar y esperar tranquilos la muerte próxima. Casi todos nos habíamos proporcionado una manta, un colchón y una almohada, para no dormir en el duro suelo, que infinitos presos habían dejado a su paso infecto y sucio. Yo observé que el P. Amado no tenía en dónde acostarse y se recogía en un rinconcito. Le llamé y obligué a que se acostara conmigo. Poco después dormía tranquilamente: tal era su tranquilidad. A las doce de la noche nuestra magnífica iglesia-prisión, desmantelada, sin luz apenas, con cerca de trescientos hombres tirados por el suelo en la más rara y policroma confusión, se estremecía todavía con las plegarias de muchos hombres. Sólo el Padre dormía profundamente. Hacia las dos de la madrugada nuestros verdugos aparecieron como una invasión siniestra en el presbiterio. Fueron nombrando uno a uno y poniendo en libertad a muchos que, nunca pensaron en recobrarla. Al llegar al P. Amado, el que parecía jefe de aquella chusma cantó su nombre con una mezcla de odio y de sarcasmo. Amado García. Fraile. Tuve que despertarlo con algún esfuerzo. Se presentó ante ellos, y, como a los demás, también le dijeron, aunque con un tono bien distinto: También a ti te vamos a dar la libertad. Espérate aquí, a la izquierda. Su tono sarcástico daba a entender bien claro lo que aquella libertad significaba para él. Se acercó a mí y, visiblemente emocionado, me dijo abrazándome: Adiós. Hasta la eternidad. Después, se acercó de nuevo a los jocosos esbirros y les dijo presentándoles al Hermano: Matadme a mí, pero no hagáis nada a este pobre viejo, que nada tiene que ver. Es sólo un criado nuestro”.

Según el relato escrito por Elías Fuente en 1942, el padre Amado fue acusado el 21 de octubre ante un tribunal popular de celebrar misa el 15 de agosto en el Asilo Pola (donde además el día 12 había confesado a una treintena de personas). En todo caso, aún no había amanecido el día 24 cuando lo llevaron al cementerio de Ceares en coche. Sus últimas palabras fueron: “Matadme cuanto antes, pero no me martiricéis. Dios os perdone, como yo también os perdono”. Debía estarles bendiciendo, ya que un disparo le atravesó el antebrazo y la frente; un segundo disparo en el parietal lo remató.

La orden de libertad que era en realidad una orden de ejecución

El beato Pedro Armendáriz.Pedro Armendáriz Zabaleta, hermano de la Congregación de la Misión nacido el 29 de abril de 1877 en Tracheta (Navarra), tenía 59 años cuando lo mataron el 28 de noviembre de 1936 en Paracuellos. Su nombre aparece en una orden de puesta en libertad firmada por el lugarteniente de Carrillo, muestra de la hipocresía de los dirigentes del Frente Popular madrileño, según relata la biografía de la beatificación:

Al H. Armendáriz y sus compañeros les arrojaron de su casa el día 20 de julio y el 22 hacia las 6 de la tarde los trasladaron a la cárcel Modelo, en la Moncloa, según se detalla en la biografía del P. Eleuterio Castillo Gómez. Tenía 59 años, era fuerte y valiente, religioso trabajador y humilde, conocido como tal en el pueblo de Hortaleza que entonces no pasaba de los 1.000 habitantes. El 16 de noviembre, en el traslado masivo de presos a los dos colegios de Escolapios convertidos en prisiones, al H. Pedro Armendáriz, le correspondió el de San Antón, Hortaleza, 63. Permaneció allí hasta el 28 de noviembre de 1936 en que lo sacaron para ser martirizado en Paracuellos de Jarama.

Aparece el nombre del H. Pedro Armendáriz Zabaleta con el nº 35 de la primera columna, en la relación del 27 de noviembre de 1936, firmada por el Delegado de Orden Público, Segundo Serrano Poncela, en oficio dirigido al director de la prisión de San Antón, en la que bajo la fórmula convenida de “sírvase poner en libertad” incluye las listas de los reclusos escogidos para sacar de la cárcel y ser fusilados, en Paracuellos la próxima madrugada, 28 de noviembre de 1936. Su martirio tuvo lugar, por tanto, el mismo día y en el mismo lugar que el H. José García Pérez, pero pudieron ir en distinto autobús y hora, porque no estaban en la misma galería. Respecto al puntual cumplimiento de esta orden, en el libro registro de las expediciones de presos que fueron sacados de la cárcel de San Antón de septiembre a diciembre de 1936, pág. 55 y bajo la rúbrica “presos sin denunciar, continuación del 27 de noviembre”, el séptimo de la primera columna es el H. Pedro Armendáriz Zabaleta. Con los siguientes datos: ¿Quién dio la orden de libertad? La Dirección General de Seguridad dio la orden de libertad. ¿Quién firmó la orden? El Director General, Serrano Poncela. Está claro que la libertad consistió en la saca para ser martirizado en Paracuellos.

El clérigo profeso capuchino Francesc de Paula Colomer Prísas (Pacià Maria de Barcelona) nacido en la ciudad condal hace un siglo (el 19 de abril de 1916), estallada la revolución, siguió rezando, asistiendo a misas clandestinas, llevando la comunión y visitando enfermos; detenido con otro compañero por visitar su convento en ruinas, tenía 20 años cuando fue asesinado, en Cerdanyola (Barcelona) el 24 de enero de 1937. Fue beatificado el 21 de noviembre de 2015 junto con otros 25 capuchinos mártires.

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