Nueve mártires del siglo XX en España nacieron un 20 de marzo: uno de los santos mártires de Turon (1934), un salesiano de Ourense, un sacerdote secular tarraconense, un operario diocesano barcelonés, un lasaliano castellonense, un carmelita ilerdense, un agustino vallisoletano y otro burgalés, más un dominico asturiano.
San Cirilo Bertrán (José Sanz Tejedor), de 46 años y natural de Lerma (Burgos), fue asesinado en Turón (Asturias) el 9 de octubre de 1934, beatificado en 1990 y canonizado en 1999 (ver artículo del 10 de marzo).
Tres salesianos mártires en Sarrià
Gil Rodicio Rodicio, de 48 años y natural de Requejo (Ourense), era coadjutor salesiano, de la comunidad de Sarrià (Barcelona), ciudad en la que fue asesinado el 4 de agosto de 1936. Fue beatificado en 2001. Otros dos salesianos de su comunidad murieron en la misma fecha: El sacerdote José Batalla Parramón, de 63 años y el coadjutor José Rabasa Bentanachs, de 74 años.
Al ser expulsada la comunidad el 21 de julio de 1936 y habilitarse la casa como hospital de sangre, Batalla y Rabasa consiguieron permiso de Esquerra Republicana de Catalunya para quedarse atendiendo a los heridos de guerra. Pero el día 31 fueron expulsados y se refugiaron en casa de Emilia Munill. Tenían preparados pasaportes para Italia, pero se acercaron a recoger ropa a la casa de Sarrià, y en el tranvía fueron reconocidos y asesinados en lugar indeterminado. El coadjutor Gil Rodicio Rodicio profesó en 1908 y estaba en Sarrià desde 1908 como panadero. Se alojó en casa de Alberto Llor. Lo denunciaron y, cuando fue detenido, pidió que no hicieran nada a la familia que lo alojaba. Lo llevaron al comité del Museo Naval y también murió en lugar indeterminado.
Josep Maria Sancho Toda, sacerdote de 27 años oriundo de La Torre de Fontaubella (Tarragona), era vicario de Falset, fue asesinado el 12 de agosto de 1936 en su localidad natal y beatificado en 2013 en Tarragona (ver artículo del 20 de febrero).
Confesaba paseando por la Rambla de Cataluña
Cristòfol Baqués Almirall, operario diocesano de 51 años y natural de Olesa de Bonesvalls (Barcelona), fue asesinado en L’Arrabassada (Barcelona) el 28 de agosto de 1936 y beatificado en 2013. Antonio Montero menciona que había arriesgado su vida particularmente para facilitar la confesión a los fieles, ya que “impartía absoluciones a las personas que lo solicitaban, paseando con ellas por la Rambla de Cataluña”.
Javier Pradas Vidal (hermano Elías Paulino de las Escuelas Cristianas), de 40 años y natural de Culla (Castellón), fue asesinado el 28 de agosto de 1936 en La Canonja (Tarragona) y beatificado en 2013, junto con otros cinco lasalianos y un párroco sacados como él del barco prisión Río Segre (ver artículo del 25 de febrero).
Antonio Bonet Seró (padre Antonio María de Jesús), de 29 años y natural de Albi (Lleida), era carmelita descalzo, fue asesinado en Barcelona el 7 de septiembre de 1936 y beatificado en 2007 junto con su compañero de martirio fray Marcelo de Santa Ana (ver artículo del 2 de marzo).
Alfredo Fernando Fariña Castro (padre José Agustín), agustino de 57 años y natural de Valladolid, fue asesinado en Paracuellos de Jarama el 30 de noviembre de 1936 y beatificado en 2007. A la edad de 11 años entró en el Seminario de Las Palmas y cuatro años después en el Noviciado Agustino de la Provincia de Castilla, en la cual profesó los primeros votos el 25 de marzo de 1885. Al año siguiente fue enviado a Chile para ayudar a las comunidades agustinas de aquella nación, que entonces habían concluido un proceso de renovación en la observancia de la vida comunitaria. Concluyó sus estudios de Filosofía y Teología, emitiendo la Profesión de Votos Solemnes en la Provincia Agustiniana de Chile en 1898 y fue ordenado sacerdote en el Templo San Agustín de Santiago de Chile en 1902. La contribución de su ministerio fue marcado por su papel de maestro de novicios. La biografía que le dedica el padre José Ignacio Busta incluye estos versos de Fariña a la Virgen:
Madre, yo vengo a llorar
a tu regazo querido,
que traigo mi pecho herido
y mis ojos hechos mar;
triste y hondo es el pesar
de que a tus plantas me quejo;
mas sé que su amargo dejo
sabrá calmar tu dulzura,
pues eres, oh Virgen pura,
la Madre del Buen Consejo.
Benito Velasco Velasco, de 52 años y natural de Arroyal de Vivar (Burgos), fue otro sacerdote agustino asesinado en Paracuellos el 30 de noviembre de 1936 y beatificado en 2007.
Enrique Cañal Gómez, sacerdote de 67 años y oriundo de Corias-Cangas de Narcea (Asturias), fue uno de los dominicos del convento de Las Caldas de Besaya ahogados en la bahía de Santander el 23 de diciembre de 1936 y beatificados en 2007 (ver artículo del aniversario).
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