Cinco mártires del siglo XX en España nacieron un 19 de enero, por orden temporal de su martirio: un sacerdote claretiano cartagenero asesinado en Barbastro; un terciario capuchino valenciano; un hospitalario madrileño y otro granadino asesinados en Paracuellos; y el canónigo de la Colegiata de Xàtiva (Valencia).
Compañero del amigoniano que bendijo a sus asesinos con las manos atadas
José María Pavón Bueno, de 27 años y natural de Cartagena, se contaba entre los cinco sacerdotes y el hermano cooperador claretianos -los mayores en edad de los apresados- asesinados en Barbastro el 12 de agosto de 1936 y beatificados en 1992.
Vicente (Modesto María de Torrente) Gay Zarzo, hermano terciario capuchino de 51 años y natural de Torrent (Valencia), fue asesinado el 18 de septiembre de 1936 y beatificado en 2001. Junto con otros cuatro terciarios capuchinos (amigonianos) formaba parte de un grupo de 8 personas fusiladas en la noche del 17 al 18 en el pueblo valenciano de Montserrat en el lugar llamado La Mantellina o Pucha d’Alt. Los otros capuchinos de Torrent eran: Vicente Jaunzarás Gómez (padre Valentín María de Torrente), de 40 años; Justo Lerma Martínez (fray Francisco María de Torrente), de 49 años; José María López Mora (Recaredo María de Torrente), de 62; y Salvador Chuliá Ferrandis (padre Ambrosio María de Torrente), de 70.
El mayor de ellos, Chuliá, se hizo amigoniano en 1891, mientras estudiaba en el seminario, y se ordenó sacerdote en 1892. Al tener que dejar el convento de Torrent se refugió con su familia, pero, al poco tiempo, fue llevado a la prisión llamada La Torre. Al bajar para ser fusilado pidió que le desataran las manos para bendecir a los verdugos. No lo desataron y dio la bendición con las manos atadas.
Jaunzarás entró como novicio en 1911 y se ordenó en 1920. Trabajó en Colombia y, de vuelta, pasará por Navarra, terminando como superior en Godella. El 25 de julio volvió a Torrent y acogió en su casa a varios religiosos. Con ellos fue detenido el 28 de agosto y recluido en La Torre. El día 17 se le oyó desde la plaza cantar los gozos de la fiesta de la Impresión de las llagas de San Francisco.
López Mora ingresó como novicio en 1889 y desde 1932 estaba en Torrent. Fundó escuelas gratuitas para niños y trabajó como catequista. Tras cerrarse su convento fue a casa de una sobrina suya, desde donde el 4 de agosto le llevaron a La Torre.
Gay Zarzo profesó en 1905 y estaba en el convento de Torrent (su pueblo natal) desde 1916, dedicado a la enseñanza de las primeras letras y la administración de la casa. Con la revolución y el cierre del colegio, se refugió en casa de su hermana Concha hasta ser detenido el 8 de agosto.
Jesús María José Antonio Canuto (Jesús) Gesta de Piquer, natural de Madrid y de 21 años, era profeso de la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios (Hospitalarios) en Ciempozuelos, ejecutado en Paracuellos de Jarama el 30 de noviembre de 1936 y beatificado en 1992.
Miguel Francisco (Miguel) Ruedas Mejías, de 34 años y natural de Motril (Granada), era miembro de la Orden Hospitalaria en Ciempozuelos, y fue ejecutado y beatificado en las mismas circunstancias que Gesta.
Le mataron porque no quiso huir ni renegar de la fe
Gonzalo Viñes Masip, sacerdote diocesano de 53 años, era canónigo de la Colegiata de su localidad natal (Xàtiva, Valencia), fue asesinado el 10 de diciembre de 1936 -cerca del molino de Vallés, como ya relaté en su aniversario– y beatificado en 2001. Después de que los revolucionarios destruyeran el 27 de julio la colegiata, rehusó ocultarse en Algemesí como le ofrecían, y dijo a su hermana: «Si hemos de morir que nos maten los malos«. Continuó ejerciendo el sacerdocio en su casa. Sus enemigos pretendieron que renegara de la fe, pero resistió valientemente hasta que los milicianos se lo llevaron para matarle.
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