Entre los asesinados el 15 de diciembre de 1936 han sido beatificados dos coadjutores salesianos muertos en Madrid: Ramón Eirín Mayo, de 25 años, capturado por trabajar en un asilo, y Pablo Gracia Sánchez, de 44.
Coincidieron en un refugio y en la fecha de martirio
Ramón Eirín profesó en 1930, de 1932 a 1935 estuvo perfeccionándose en su oficio de carpintero en San Benigno Canavese (Turín) y al estallar la guerra era coadjutor en la casa de la Ronda de Atocha. El 19 de julio saltó por una ventana y se puso a salvo, marchando luego a la pensión Vigo (Plaza de Santo Domingo) y a otra en la calle Antonio Grilo 6. Se puso a trabajar en el Asilo de Ancianos Incurables de la calle Atocha, donde le detuvieron a las 18 horas del 15 de diciembre dos desconocidos que entraron acompañados de milicianos.
Pablo Gracia, por su parte, profesó en 1920 y pasó sus últimos tres años en Carabanchel Alto. Coincidió con Eirín en Antonio Grilo 6. Su último domicilio conocido fue la casa de un antiguo alumno en Suero de Quiñones, 8. Denunciado como religioso, allí le detuvieron junto con una religiosa de la Sagrada Familia. A ambos los condujeron a la checa del palacio episcopal. Ninguno de los dos negó su condición de religioso. Gracia fue asesinado por este motivo, según pudo deducir la religiosa tras escuchar a un miliciano decir: “Él se encuentra bien; ya no le duele nada”.
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